El titular de este escrito no se relaciona con las emocionantes actuaciones de nuestros deportistas en diferentes escenarios, los cuales nos hacen enaltecer el sentimiento patrio. Donde el tiempo esta determinado por un set, una etapa o un salto de gacela; es decir actuaciones por un periodo reglamentario. Aquí se trata del eterno round, desde que el hombre se organizó en comunidad y se establecieron sus instituciones.
Principalmente las legislativas, desde Troya hasta la actualidad. Y su modus vivendi se conoce como la política; es decir, la forma de hacer la vida en procura del bien común. Esto según Platón, Santo Tomás y los demás filósofos y politólogos contemporáneos.
Ya están en sus esquinas los diferentes contendores y se ha iniciado el pugilato, mediante agresiones verbales, se debaten con frases denigrantes o falta de intolerancia: “lagarto”, “rabo de paja”, “mamerto inútil”, “viejo gaga”. Y los contradictores con frases de un tal ‘cajón’, lazan consignas: “los mismos con las mismas”, “hay que cambiar al Congreso y las viejas mañas de la política”; que al fin se convierten en un círculo vicioso en cada periodo electoral, para siempre llegar al mismo destino.
Este acostumbrado modo de ver la política, no solamente sucede en Colombia, esto es usual principalmente en los países subdesarrollados.
“En el Congreso campea el ausentismo, la informalidad, el desorden en los debates poco ordenados, el irrespeto entre antagonistas políticos. Los parlamentarios de hoy carecen del vuelo de aquellos gladiadores de la palabra al estilo grecolatino, que se enfrentaban en un Congreso en debates que hicieron historia”, afirma Germán Puyana García en su obra ‘Así somos los colombianos’.
Algunos políticos suplen con demagogia la falta de ideas y propuestas, no obstante los elegimos y nos dejamos conducir hasta las urnas. Oportuna esta situación con el editorial de este diario el pasado 27 de diciembre del 2021.
La tendencia es a no elegir por partidos, sino por la calidad de las personas, para brindarles en confianza una oportunidad y que el futuro los juzgue.