Sí señores, regresó Samuel Santander Lopesierra, el popular Santa y lo hizo tal cual como lo describe magistralmente la desaparecida Esthercita Forero en su canción volvió Juanita, con la diferencia que Santa regresó con varias maletas cargadas de múltiples propósitos como se lo narró a un pariente cercano en una amena charla de la cual fui testigo directo.
Todos recordamos los episodios que catapultaron a Santa a los primeros lugares de popularidad no solo a nivel departamental sino nacional a tal punto que era reconocido el todo el país como el hombre Marlboro; su notoriedad le alcanzó para hacerse elegir senador, sin embargo, la dicha le duro poco tiempo porque contra él se desató una implacable persecución mediática y judicial lo que conllevó a su extradición a los Estados Unidos.
Santa develó su lado humano y mirando fijamente a su interlocutor le dijo que era un hombre nuevo que su vida pasada se quedó en las celdas de las prisiones gringas donde en su sufrimiento personal abrazo a Dios y que ahora solo piensa en su familia y seguir aportando al pueblo guajiro lo que lo hizo popular: Su inagotable vocación de ayudar al prójimo y que como muestra de ello en su Maicao del alma, el pasado diciembre, organizó para los más necesitados una entrega de regalos que superó sus expectativas porque 20 años después lo siguen queriendo igual.
Me tomo el atrevimiento de narrar dos episodios del periplo vital de Santa una vez fue extraditado a los Estados Unidos y uno cuando llegó de vuelta al país, desde el punto de vista del ser humano sin otro propósito de enterar al lector del sufrimiento del hombre que no se dejó doblegar. Narra Santa que los primeros tres meses de reclusión fue confinado en una diminuta celda totalmente a oscuras de la cual solo salía cuando era visitado brevemente por su abogado, y que por esta situación casi pierde la visión, además, no le eran permitidas visitas de los padres, esposa y hermanos.
A punto de recuperar la libertad pasó la prueba más difícilde su larga reclusión las autoridades penitenciarias gringas lo expusieron por más de 20 días a un calor infernal que lo deshidrataba, a su celda era introducido un ducto que expulsaba aire caliente cada cierto tiempo, para resistir tan dura situación le tocaba mojar con agua del inodoro la única manta que le dabany arroparse con ella para protegerse, Santa se mantuvo de pie y lucido con la esperanza que pronto volvería a ver a sus seres queridos.
Ya en suelo Barranquillero sus padres, hermanos, hijos, familiares cercanos y amigos lo recibieron con alborozo, sin embargo, le causó grata impresión observar a una jovencita de unos 22 años que lo abrazaba y besaba efusivamente para sus adentros pensó que se trataba de la novia de uno de sus hijos y así se lo pregunto, la joven extrañada le dijo: No, yo soy tu hija menor la que dejaste de año y medio de nacida, me imagino los sentimientos encontrados ante semejante sorpresa.
Sí señores, volvió Santa pisando firme en todos los sentidos porque a la reunión que organizó el pasado 2 de febrero asistió lo más granado de la sociedad Guajira, incluidos importantes políticos, ni más faltaba.