Falleció el más alto referente de la danza y la coreografía en el departamento de la Guajira: Gary Julio Escudero. Un ser humano que luchó para que el gremio dancístico se destacara desde su Departamento a nivel nacional e internacional.
Su ‘Vieja Mello’ nunca lo desamparó porque Gary Julio recorrió con sus muchachos y muchachas los grandes escenarios de Colombia y el mundo trayendo reconocimientos especiales para su región, todo eso con la paupérrima colaboración de las entidades culturales de Riohacha y La Guajira, pero con la cooperación de los padres de familia que confiaron en entregarle a sus hijos e hijas para que Gary Julio siguiera dejando en alto a La Guajira.
Éste danzante, coreógrafo y defensor de las tradiciones peninsulares, también fue excelente con el Carnaval de los niños de Riohacha, en donde vinculó durante muchos años a menores de edad para la realización del Carnaval Infantil, el cual sirvió de plataforma para que se mantenga el amor por las fiestas de los dioses Momo, Baco y Arlequín, y para que esa naciente generación cultural aprendiera el buen comportamiento de este tipo de fiesta en donde predomina el desorden y con ello aflore el amor en los carnavales de adultos con la Reina Central del Carnaval y sus respectivas comparsas.
Gary Julio murió y su obra queda viva en la memoria de padres e hijos que pasaron por su escuela, convirtiéndose en un referente del Carnaval riohachero y sus tradiciones, un defensor de los embarradores y las historias carnavaleras que se desarrollaron en el siglo pasado, los cuales gracias a él fueron del conocimiento de las nuevas generaciones, quienes a través de su coreografías quedaban plasmadas en cada velada cultural que presentaba, ya sea en un evento en Riohacha, un concurso de danzas fuera del Departamento o la participación de una reina a los eventos folclóricos que se celebran en el país.
Ese era Gary Julio, un empedernido cultor y defensor de la cultura de La Guajira, reconocimiento que se cuantifica con la cantidad de trofeos y pergaminos que consiguió a lo largo de su carrera, ya sea a través de su danza experimental o en la participación de los diferentes concursos en los cuales hizo historia, porque siempre se traía uno de los tres primeros lugares, aunque todo el tiempo le apostaba al primero.
Hoy, Gary Julio les deja a sus muchachos y muchachas un gran legado cultural, esperando que su obra y sus resultados no queden en el anonimato. Es por eso que pedimos a los entes culturales de La Guajira hacerle a este gestor cultural el máximo reconocimiento para que quede perenne en la memoria de las nuevas y futuras generaciones de la danza y la coreografía en La Guajira.