La mascarilla deja de ser obligatoria en Francia a partir de este martes en interiores, tras más de un año y medio, con algunas excepciones como los transportes públicos, los centros sanitarios o las residencias de ancianos.
El levantamiento de esta obligación, que había sido anunciado el pasado día 3 por el primer ministro, Jean Castex, por el fuerte descenso de la presión epidémica de la variante ómicron, va acompañado del fin de la exigencia del certificado de vacunación.