Dos mujeres, dos culturas, un pacto, una historia que se empieza a leer, luego de un largo recorrido que no se permitía ser descubierta, evitando de esa manera que se conocieran los protagonistas reales de la verdadera historia que se debe leer, la madre tierra, mma, por fin abrió su vientre para que hoy, dos de sus hijas sean las pioneras de los nuevos capítulos que un pacto permite que se lean, se analice y se reconstruya con la participación total de un pueblo, un pueblo que ha crecido, pensando que sólo es merecedor del sometimiento por los mismos sistemas coloniales y capitalistas, que buscan ser los dueños de la riqueza cultural, natural y ancestral de todo un país.
Martha Peralta Epieyú es una abogada colombiana, especialista en derecho ambiental y líder indígena del pueblo wayuú, perteneciente al clan Epinayú Epieyú. Es presidenta del partido político Movimiento Alternativo Indígena y Social –Mais–, mujer wayuú que representa una raza bravía, una cultura fuerte, soñadora, histórica y heroica, quien desde muy joven demostró que los límites para su raza sólo existen para que el arijuna no la domine, no la siga expropiando de la riqueza ancestral que mma y juya le deja por herencia, ella quien desde diferentes cargos políticos supo tejer los sueños de su pueblo, supo escuchar el llanto desesperado de los niños que mueren de hambre frente al olvido y la indiferencia en la Guajira, consecuencia de de aquéllos que se han robado su riqueza, su verdad y historia. Ella hoy con el sombrero, el canas, la manta y la casta que firma ante el pacto histórico, el compromiso y la responsabilidad de trabajar por los intereses de todas y cada una de las culturas ancestral de su amada patria que hoy reclama libertad, sabemos que como senadora lo seguirá haciendo.
Así mismo es el compromiso de Francia Elena Márquez Mina, una activista medioambiental, defensora de los derechos humanos, feminista, abogada y política colombiana, una hermosa y sabia dama, quien desde muy joven también viene trabajando por rescatar y resaltar la historia que se les ha robado a su pueblo, historia que han tratado de borrar, pero que su fuerza y raíces afro, han evitado, para que su riqueza ancestral tenga la posibilidad de ser leída, reconstruida desde su verdadera esencia ancestral, quien además sigue consolidándose como una fuerza política, quien firma un pacto y la posibilidad de ser la primera formula vicepresidencia afro en Colombia, esto gracias a la capacidad de liderazgo que ha venido ganando.
Es por eso que hoy los colombianos aplauden y celebran el hecho de que dos mujeres, una historia, dos culturas ancestral de aquellas que no tienen voz, se unen a un pacto, que les abre oportunidades casi imposible en este país, para que empiecen también hacer parte del cambio y que las necesidades de su pueblo sean también válidas.