“Por la plata baila el perro, nadie me diga que no, pues lo que no hace el dinero ya no tiene solución”.
Fue Calixto “Calabacito” Ochoa quien dejó impregnada para la posteridad en la jerga popular el famoso aserto campechano al cual se refiere el aparte transcrito de la canción de su autoría titulada así ‘Por la plata baila el perro’, expresión popular en potenciada su popularidad por la gente maquiavélica, para significar que todos en este mundo somos débiles ante las tentaciones del estiércol del diablo.
La música vallenata desde distintas perspectivas se ha referido a la plata, para bien y para mal, para hacer gracejos y narrar historias, los botones para mostrar son muchísimos por lo cual nos habremos de referir a algunas canciones relevantes en las cuales es la plata protagonista.
También Calixto en ‘La plata’ dijo “…si la vida fuera estable todo el tiempo no bebería ni malgastaría la plata, pero me di cuenta que la vida es un sueño y antes de morir es mejor aprovecharla”; en su canción que tituló ‘El esqueleto’ dijo que para el todo el mundo es igual, respeta al niño, respeta al viejo, le habla al que tiene plata, al que no la tiene, al acomodado o al limosnero.
Leandro Díaz en la canción ‘Yo comprendo’ no pudo ser más explícito sobre el tema de la gente que no tiene amigos sino intereses cuando dijo que cuando el hombre tiene dinero todos le brindan buena atención, pero cuando cae en la mala nadie le brinda ron ni querer; Julio Vázquez en ‘La pobreza’ dijo que “El día que yo me muriera tendrían como recuerdo el son de la pobreza Julio Vázquez deja, como yo tengo plata compadre yo me voy a rodar tierra”.
En la canción ‘Secreto Raro’ Luis Enrique Martínez hizo una recomendación especial que tengan plata o tengan carro pa’ que vean ese es un secreto raro, las mujeres lo pelean; por su parte Osvaldo Monterrosa en ‘El rico y el pobre’ dijo que si un pobre debe siquiera cincuenta pesos, si al mes no paga enseguida lo meten preso, pero en cambio es el rico el que la llega a deber lo esperan un año porque tiene con qué responder.
El viejo Emiliano en su canción ‘El Robo’ se refirió al “Tebillegar” en su entretenido relato sobre el siniestro que tuvo en Fundación, comentó que “Estando en la residencia, allí me puse a charlar, les dije soy el Papá de Los Hermanos Zuleta, en eso se me presenta un muchacho embolador y me dijo sí señor, una embolada barata, pero yo sin darme cuenta que me habían robado la plata”.
El mismo patriarca de la Dinastía de Los Zuleta, de quien dijo Poncho “No parecían cosas de un hombre tan vivo”, en ‘La pimientica’ también refirió también al billete al visibilizar el engaño que le hicieron, dijo: “Fueron a llamá a Emiliano el día de San Juan Bautista, y la plata que ha ganado, la perdió en la pimientica, primero perdí diez pesos y me quise desquita, vino Emile después de eso y perdió cuarenta más”.
‘Juancho’ Polo también se ocupo de la plata en ‘El Carro Ford’, propuso un cambio de licor por efectivo dice así: “Como yo no bebo ron, mis tragos me los dan en plata, para comprar un carro Ford para visitar a las muchachas… como yo no tomo ron mis tragos me los dan en vales, para comprar un Carro Ford y parrandear en los carnavales”
Como se ha podido observar, ha sido la plata un elemento plurimencionado en composiciones de canciones vallenatas nuevas y también pretéritas, eso es admisible, pero hasta ahí, lo que no está bien es que por la inversión de valores se pretenda hacerla prevalecer sobre el conocimiento, que la gente sea ante sus semejantes más importante por lo que tiene que por lo que se sabe, porque si aceptamos como normal esa regla de transculturación inversa las Instituciones Educativas tendrán que cerrar sus puertas para que los muchachos se dediquen a aprender cómo hacer plata de la noche a la mañana, como ostentar bienes materiales sin que nadie les pregunte como los consiguieron, y definitivamente comience el desfile de las nuevas generaciones por los caminos azarosos del Código Penal, nos resistimos a aceptar esa primacía de la realidad, hay que rescatar los valores pilares de las buenas costumbres, para que permanezcan más llenas las escuelas y universidades de gente pobre que las penitenciarías de gente rica, porque quien al momento de adquirir no supo el modo, al momento de perder lo pierde todo.
Hoy recuerdo la anécdota que nos compartió una colega, dice que Winston Churchill cuando tomó un Taxi para ir a una entrevista con la BBC en Londres, al llegar a su destino le pidió al Taxista que lo esperara unos minutos, el le contestó, sin saber quién era que no lo podía esperar porque tenía que ir a la casa a escuchar ‘El discurso de Churchill’, tras el orgullo inicial, Churchill aplicó a prueba de fuego , le entregó en silencio un billete de diez Libras Esterlinas, cuando el Taxista vio el billete que para él era una fortuna le dijo que lo esperaría el tiempo que sea, y agregó “Churchill que se vaya al infierno”.
El primer ministro inglés reflexionaría posteriormente así al recordar el episodio: “Los principios han sido modificados por el dinero. Las naciones se han vendido por dinero, los hermanos se venden por dinero, y hasta las almas se venden por dinero… ¿quién le dio tanto poder al dinero que hizo de los hombres sus esclavos? ¿Por qué no nos damos cuenta de que el amor al dinero está acabando con la dignidad del hombre?
El dinero –agregó– podría comprar una cama, pero nunca el sueño, una posición, pero no el respeto, puede comprar libros, pero no la inteligencia, quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero”
Conclusión. Puede haber perros que bailan por la plata, pero tienen el riesgo de cantar… en la Fiscalía.