El candidato presidencial Gustavo Petro se ha convertido en un fenómeno social y político, ya que la sociedad colombiana está superando las barreras que imponían la mala imagen del izquierdismo con el socialismo, situación política que lo limitaba en sus aspiraciones para llegar consolidado al Palacio de Nariño.
Hoy cuando nos encontramos ad portas de las elecciones presidenciales, el modo de pensar y actuar de Gustavo Petro, está logrando acabar con los tabúes que para su conveniencia le han rotulado los políticos de derecha, aquellos que se han incrustados en el poder, pero con nefastos resultados en la actualidad.
Hoy, la realidad política del país es otra. El espectro ideológico de los candidatos de la derecha encasillados en el uribismo, se ha desvalorizado de tal forma que el candidato presidencial que se encuentre refrendado por Álvaro Uribe o apoyado por sus séquitos, está recibiendo el rechazo de una sociedad cansada de los últimos gobiernos que no ha tenido tacto en la solución a los problemas coyunturales del país.
La campaña de Gustavo Petro no solamente la integran defensores del izquierdismo y el socialismo, también han llegado en calidad de aliados, varios políticos que han militado en la derecha y que a través de los años han tenido el respaldo popular de los ciudadanos, generando un grado de confianza para que en el futuro gobierno Petro – Márquez no copie los desgastados modelos que han fracasado en otros países.
De ser así, le corresponde a Gustavo Petro en su futuro mandato implementar un modelo de gobierno en donde se sientan cómodos quienes defienden el socialismo y quienes protegen el neoliberalismo, dos ideologías contrapropuestas de la política latinoamericana que buscan disminuir la radicalidad en el discurso político y en el accionar de su mandato.
Con el nuevo modelo político y económico que le escuchamos en su discurso a Gustavo Petro, comienza a diluirse previo al debate electoral del 29 de mayo, el fantasma de miedo que han dejado los modelos políticos de Cuba, Venezuela y otros países de Suramérica elegidos en los últimos años.
Quienes le vamos a dar la oportunidad a Gustavo Petro para que llegue a la Presidencia de la República, lo hacemos bajo el compromiso que nuestro país no perderá la brújula de la democracia participativa, forma en las que los ciudadanos estamos acostumbrados a intervenir democráticamente en la toma de las decisiones políticas, enmarcada en una Constitución que fue refrendada por el constituyente primario.
Hoy, la izquierda busca una oportunidad política de llegar a la presidencia y un gran sector de los colombianos refrendaremos esa llegada con el voto de confianza.