A 10 días para cumplirse en Colombia el debate electoral que define la elección del nuevo presidente de Colombia con su fórmula vicepresidencial, la situación política en el país cada día se torna difícil, ya que de candidaturas se pasa a una polarización y a un fanatismo exagerado de los seguidores en favor de cada candidato.
La percepción y las encuestas que han relevado los diferentes medios de comunicación a nivel nacional indican que Gustavo Petro tiene un boleto seguro para participar en la segunda vuelta presidencial, mientras que las cifras ponen a competir a Federico Gutiérrez con la unión que han hecho los indecisos con el voto en blanco.
Seguramente, las elecciones del 29 de mayo van a llevar a dos candidatos a una segunda vuelta, aunque no se descarta el fenómeno político de que Gustavo Petro gane en primera, como lo tienen planeado; no obstante, la mejor encuesta es la que se hace el día de las elecciones.
Los punteros de las encuestas vienen trabajando en diferentes facetas. Para el caso de Gustavo Petro, trabajan con su equipo para definir su presidencia en primera vuelta, mientras que los de Federico Gutiérrez vienen trabajando para definir la presidencia en segunda.
Por el lado de los integrantes de la campaña presidencial de Sergio Fajardo, tienen la esperanza ganarse el boleto para la segunda vuelta; inclusive quitándole el cupo que se disputa Federico Gutiérrez para enfrentarse a Gustavo Petro. Los ‘Fajardistas’ consideran que aún existe un porcentaje considerado de personas que no han definido por quién votar, votantes que históricamente esperan a última hora las estrategias que demuestre cada campaña en favor o en contra y con ello las salidas en falso o gracejos que emitan quienes rodean dichas campañas. En iguales circunstancias que los ‘Fajardistas’ se encuentran los ‘Rodolfistas’, quienes también trabajan para el cupo que queda en la segunda vuelta.
En la medida en que se acerca el 29 de mayo, la preocupación sigue reinando dentro de los colombianos, pues cada día se pasa de la polarización al fanatismo; de hecho, hay una de las campañas que sus seguidores están cambiado el sentido democrático de la contienda presidencial. En el pasado la disputa electoral fue entre liberales y conservadores, pero hoy es entre quienes militan en la izquierda y la derecha, con la tendencia a una radicalización, que es lo peligroso para el proceso electoral y para la misma democracia.