Entramos en la recta final de la campaña presidencial, tiempo que debe ser utilizado por los candidatos y sus equipos de trabajo para aplicar las estrategias políticas que les permitan contrarrestar al más cercano competidor y lograr los objetivos de ganar en primera o la segunda vuelta, con base a la realidad de los resultados que inicialmente se entreguen el 29 de mayo, fecha estipulada por el calendario electoral para que se cumpla la verdadera encuesta: el debate electoral.
La campaña presidencial comenzó con el tarjetón de ocho fórmulas presidenciales y hasta el momento quedan seis candidatos con la posibilidad de que otro aspirante se retire antes del 29 de mayo. Hay que reconocer que el factor de las encuestas ha logrado el retiro de algunos nombres que han entregado sus justificadas razones para retirarse de la contienda electoral. Luis Pérez, quien argumentó que la actual campaña es un juego de ping pong donde solo hay bolas para los extremos; e Ingrid Betancourt, quien se sumó a las aspiraciones del ingeniero Rodolfo Hernández, candidato al que le han favorecido las encuestas.
En el hipotético caso de que las encuestas se aproximen a la realidad electoral del próximo 29 de mayo, quedarían en la contienda para la segunda vuelta los candidatos que lideran los guarismos: Gustavo Petro y Federico Gutiérrez.
Quien encabeza el sondeo, aparentemente no tiene padrino, mientras que el segundo se dice por los corrillos políticos que lleva la bendición de Álvaro Uribe e Iván Duque, éste último hace parte de un desgastado gobierno impopular y antipopular, dos situaciones que surgen por la falta de aceptación de los colombianos y por los efectos de sus políticas aplicadas en contra de los que aquí vivimos.
El presidente Iván Duque debe tener claro cuál es la pieza clave que moverá para hacer la jugada maestra y dejarle la Casa de Nariño a quien crea él que puede ser su gran sucesor, pero tiene un gran contradictor que lidera las encuestas y que avanza de manera vertiginosa en las intenciones de votos, además, llenando las plazas públicas.
Aunque Federico Gutiérrez marcha segundo, trae pegado a Rodolfo Hernández, el ingeniero que viene diseñando y desarrollando una estructura política para ganarse ese cupo.
Para nadie es un secreto que el ‘uribismo’ ha tenido una decadencia política, aunque puede ‘rencaucharse’ en la eventualidad de que Federico Gutiérrez gane la Presidencia, pero para lograrlo, Iván Duque tiene que ser un excelente ajedrecista dentro del juego de la política.
Tenemos que reconocer que cada día las encuestas convierten a Uribe y a Duque en las piezas de menor valor para darse la pela, a sabiendas de que cuentan con los sectores políticos menos populares en la historia política de Colombia, quedándoles sobre la manga la gran jugada con sus aliados políticos que a última hora pueden sacar un conejo del sombrero.