“Grabadas debo tener como unas 60. No son muchas, yo no creo que haya completado 100 canciones, entre grabas e inéditas, yo he sido muy honesto por decirlo de alguna manera. Yo jamás he hecho nada forzado, yo he esperado que las canciones me busquen, yo dejo que ellas lleguen cuando quieran.
Yo soy muy crítico, me hago control de calidad… no es mi objetivo tener una extensa obra, más bien una obra que trascienda ¿Cómo haces tú pa’desaparecé a Davincci a Picasso a García Márquez, del planeta del arte? Es imposible, su obra es inmortal. Porque son originales únicas”, afirmó Leo.
Y es que no hay una sola canción de Jacinto Leonardi Vega Gutiérrez que no sea una joya musical. De ‘El soñador’, la primera canción que le grabaron, a ‘Alas de ángel’, que aún no sale al público, vemos la evolución del aprendiz de poeta a un poeta consagrado, ¡Sin duda!
Hay una canción que es definitiva en mi vida, ‘Vivo enamorado’, y siempre que la cantaba soñaba un día cantála contigo. Leo esa es la canción que todos los años le cantó a mi papá el 4 de mayo, día de su cumpleaños, confesé.
“Vamo’ a cantarla pue”
“Yo vivo enamorado de ti, así como vive el día del Sol, como los poetas del amor y de las flores el colibrí (bis).
Qué bello recordar los momentos bonitos que he vivido contigo, ojalá nos alcance el cariño, porque vendrán los mejores tiempos (bis).
Mira como han pasado los años y el amor sobre vive en silencio, siento que no me alcanzan las manos para este amor inmenso, traigo el alma repleta de amor y el corazón contento”.
¿Cómo nació esa canción? le pregunté.
“Yo conocí a Olga Lucía y se me hizo perfecta para mí, tanto que se convirtió en mi esposa y la mamá de mis dos únicas hijas, que son mis dos mejores canciones. Pero duramos 7 años de amores, Olga veía que se pasaba el tiempo y yo no decía las palabras mágicas, así que un día me dijo: “Bueno Leonardi, ya nosotros llevamos 7 años de novios y yo no veo que esta relación tomé rumbo…” tú sabes el discurso que buscaba que yo me definiera; me dio ultimátum, se me puso sería… fue cuando me nació esa canción, cómo queriéndole decir “Sí, han pasado los años pero el amor está intacto y creciendo”… y fíjate que esa canción salió justo en el años que nosotros nos casamos, para el mismo mes. No fue planeado, creo que fue un detalle de Dios”.
¿Por qué se acaba una relación con un sentimiento tan fuerte?
“Lo que pasa es que yo me casé con una mujer que es tercera generación de cristianos evangélicos, para los que el evangelio no es una religión, es una convicción, un estilo de vida.
¿Y también, sabes por qué? Esta es una conclusión que yo tengo de mi; nosotros crecimos en un entorno totalmente machista, mis abuelos, mis tíos tuvieron hijos fuera del matrimonio, aquí la poligamia desde el punto de vista masculino era una vaina, los hombres podían mirar a las mujeres que les diera la gana, pero la mujer de él, era su hembra y a mi me criaron pa’tené una mujer que fuera mía, que yo fuera su único hombre, pero la fui a buscar al lugar equivocado, me la encontré en una iglesia, en un entorno conservador, ella respetuosa de Dios, convencida. Así que esa unión en un “yugo desigual”, entre un hombre, un chivo de la provincia, con una mujer criada así, se complicó. Creo que se cansó de perdonarme, y yo reconozco que esa mujer me ama, me ama porque yo lo sé.
Pero yo fallé… Doy gracias a Dios porque me casé con la mejor, si yo tuviera que volver a elegir una mujer para casarme sería mi esposa, Olga Lucía… aquí donde estoy no nos hemos divorciado. Aunque yo tengo otro proyecto de vida, otros planes”.
¿Y ella?
“No. Ella no”.
¿Y si el plan de Dios es reunirlos de nuevo?
“Erda, ahí sí no digo nada. Dios es Dios”.
Vamos a terminarla de cantá. Lo saqué del apuro en que metí a sus pensamientos, él sabe como cristiano, bautizado y convencido, temeroso de Dios, que Dios es soberano.
La canción continúa así: “Me gustan mis canciones así, cuando hablan bonito del amor, yo quise conservar un jardín y hoy solo sobrevive una flor. La más bella de todas las flores habita solitaria en mi alma radiante nadie puede arrancarla, ¡ay! Ni pueden marchitar mis amores. Mira como han pasado los años…”.