Por: Oscar Manco Espeleta
El ser humano en su naturaleza está compuesto por 6 dimensiones: emocional y afectiva, intelectual, física, económica, social y espiritual.
Todas ellas generan sus propias necesidades y cuando logramos atenderlas de la manera correcta se obtiene el desarrollo en cada área. Hacerlo de manera Integral es la base de la felicidad y la plenitud.
En el área emocional afectiva decide amar siempre, aún en las peores circunstancias. No esperes ser amado, sino amar. El amor es la fuerza más poderosa que existe y la única que vence el odio. Llénate de amor para dar en abundancia y ten en cuenta que el verdadero amor se decide. El amor es la cúspide más alta de las metas emocionales y afectivas. Perdona y aprende a pedir perdón cuando le faltes a alguien. El perdón camina de la mano con el amor y te libera de toda carga en el alma. Nadie necesita más de tu amor que aquel quien tú crees que no se lo merece.
En el área intelectual, por todos los medios busca descubrir tus dones y tus talentos y colócalos al servicio de la humanidad. Haz lo que te apasiona hacer. Hay algo que tú haces que nadie en el mundo como tú lo hace, pero es a ti a quien le corresponde descubrirlo. Recuerda esos sueños de niños y averigua tu verdadera vocación rememorando esos gustos infantiles.
En el área física cuida tu cuerpo porque es el único que vas a tener. Libérate de todos los malos pensamientos y de los recuerdos que te hacen daño. Tal cual como piensas así eres. Toma bastante agua, camina todos los días, aliméntate bien, aprende a respirar correctamente, toma a ratos de sol, disfruta de la naturaleza y duerme 8 horas diarias.
En el área económica aprende a disfrutar lo que tienes, aún cuando creas que es poco, no esperes ser feliz cuando obtengas lo que quieres, la felicidad es un estado presente, por lo tanto nadie puede ser feliz con lo que no tiene. La verdadera felicidad es un estado interior que se disfruta ahora, por eso ama lo que tienes y dale gracias a Dios por tenerlo. Esta es la verdadera prosperidad, disfrutar en el presente de lo que la vida te ha dado.
En el área social vive la vida para servir a los demás y aprende que en el dar está la felicidad. El escenario de la felicidad se mueve en el dar. Cuando solo le damos a nuestros seres queridos, nos estamos dando a nosotros mismos, por eso dale a quien no tiene la posibilidad de devolverte nada. Servir es el centro de nuestra dimensión social. No esperes ser comprendido por los demás, siempre será provechoso comprender a todos.
Y en el área espiritual busca tener una vida espiritual y alimenta tu relación con Dios día a día. No hay felicidad más grande que la alegría del espíritu. Alaba al Padre Eterno con tus actos y busca agradarlo en cada acción. Las nutrias cuando caminan se ven torpes y frágiles, pero cuando entran al agua adquieren una magnífica y hermosa postura porque ese es su estado natural, así es el ser humano cuando se acerca y relaciona con Dios adquiere su magnificencia y plenitud porque nuestro espíritu solo se alimenta de las cosas espirituales.
Nuestro origen es Dios y nuestro destino también.
Ser feliz es una decisión y cuando avanzamos en las acciones para cada área, el ser humano, la familia y la sociedad avanzan hacia su desarrollo y plenitud.