Ignorando las amenazas chinas de represalias en caso de que la visita a la isla se materializara como parte de una gira por Asia, la presidenta de la Cámara de Representantes de EE. UU., Nancy Pelosi, aterrizó este martes en Taiwán.
La congresista de 82 años de edad, llegó al aeropuerto Songshan de Taipéi, donde fue recibida por el ministro taiwanés de Relaciones Exteriores, Joseph Wu.
La dirigente demócrata, tercera figura en la jerarquía política de EE. UU., indicó que la visita muestra el «apoyo incondicional» de EE. UU. a la isla y que esta «no contradice» la política de Washington hacia China.
Por su parte, desde Pekín se fustigó las acciones «extremadamente peligrosas» de EE. UU. en Taiwán, considerada como una provincia rebelde.
«EE. UU. (…) constantemente distorsiona, oscurece y vacía de contenido el principio de ‘Una sola China'», indicó un comunicado de la cancillería china, poco después de que el avión de Pelosi aterrizara en Taipéi. «Estas acciones son como jugar con fuego, extremadamente peligrosas. Y quienes juegan con fuego, morirán quemados», añadió.
El Ejército chino prometió lanzar «acciones militares selectivas» en respuesta a la visita a Taiwán de la funcionaria estadounidense.
«El Ejército Popular de Liberación de China está en alerta máxima y lanzará una serie de acciones militares selectivas para contrarrestar esto, defender la soberanía nacional y la integridad territorial y frustrar la interferencia externa y los intentos separatistas de ‘independencia de Taiwán'», dijo el portavoz del ministerio de Defensa, Wu Qian, en un comunicado.