La frontera reviste gran importancia en relaciones humanas y económicas pero desgraciadamente se encuentran abandonadas por gobiernos de turnos y desoladas por falta de apoyos productivos y atención de salud.
Colombia no solo es centralismo, ni creo que sus habitantes se conformen únicamente asistencialismo del gobierno para medio mitigar el hambre, cuando disponemos de espacios suficientes para que todos podamos trabajar con utilidad, personal, familiar y de estado.
En los Planes de Desarrollo Nacional no han vislumbrados proyectos de inversiones fronterizos, como si esta nación no tuviese fronteras o las tuviera boyantes. Muchos territorios fronterizos se han perdido por descuidos de nuestros mandatarios, que solo les interesan invertir en los seis principales distritos concentrando toda la producción y los demás, que aguanten y lleven del bulto.
Rehabilitar las fronteras con Venezuela después de cuatro años inactivas, por rompimiento de relaciones en el gobierno del expresidente Iván Duque, quien recién posesionado anunció que al presidente Nicolás Maduro le quedaban pocas horas, en alusión de que lo iban a tumbar apoyado por Donald Trump. Ambos salieron por término de periodos de gobierno y Maduro sigue campante en Venezuela. La apertura de fronteras ha sido un gran acierto del presidente Gustavo Petro y un entusiasmo para interesado que quiere seguir comercializando. El tránsito vehicular fronterizo por Paraguachón y Cúcuta, es inmenso en el transporte de carga y pasajero de una y otra nación.
Dos situaciones caóticas hundieron la crisis económica en Venezuela, la implementación de un rancio socialismo pasado de moda, que impuso el expresidente Hugo Chávez Frías, (qepd) abusando con las expropiaciones de bienes a la industria nacional, acosando el capital interno y por el otro lado, las sanciones impuesta por los EE.UU, cerrando las lleves del grifo económico, al paralizar la producción y comercialización de petróleo, ahuyentando a los habitantes a buscar donde refugiarse y encontrar algunas forma de trabajo para sobrevivir, al desvalorarse a toda carrera el bolívar terminando paquetes de esta moneda en basureros por causa de la devolución incontenible.
La Guerra de Ucrania con Rusia y el nuevo gobierno de Colombia, en cabeza del presidente Petro, dan visos de alivios para los habitantes de Venezuela y áreas fronterizas. Estados Unidos comenzó a reanudar las relaciones con el presidente Maduro, autorizando a la empresa Chevron Company para que continúen la explotación de petróleo, extrayendo hasta hora 750 mil barriles diarios, incrementando la producción gradualmente hasta llegar al millón para el mes de diciembre, después que el presidente Trump les bloqueara el ingreso de combustible de Irán para que se asfixiaran sus habitantes, atentando contra derechos humanos. No ha entendido EE.UU. que las sanciones perjudica más a los habitantes de una nación que resultan víctima de represiones diplomáticas que los gobernantes, sancionados se auxilian con apoyos de otros gobiernos pero para propios beneficios, oprimiendo inconformismo como ha ocurrido con Cuba, que comenzó a flexibilizarse en el gobierno de Barack Obama después de 50 años de represión, pero el expresidente Donald Trump echó para atrás todos los acuerdos relacionados con comercios y turismo. Ahora nuevamente el presidente Joe Biden comenzó a restablecerlas contra la voluntad del Partido Republicano.
En La Guajira, debemos ser gratos y solidarios con la crisis de Venezuela, muchos nos beneficiamos con trabajo, estudios, vehículos, combustibles, cerveza polar y alimentos. Más de dos millones de colombianos se residenciaron en ese país y otros tantos comercializaban de diferentes formas. El presidente Nicolás Maduro debe reflexionar devolviendo las propiedades expropiadas e invitando a restablecimiento productivos.
En Venezuela al igual que en Ecuador comenzó a circular el dólar, sustituyendo el bolívar, lo que está motivando el retorno de muchos venezolanos, radicado en Colombia. De seguir en ese ritmo, todos los “venecos” volverían a su tierra de acuerdo a la confianza y garantías que ofrezca el gobierno. Venezuela es la nación más rica de Sur América, en recursos naturales, petróleo, gas, oro, plata, cobre, hierro, aluminio, coltan, entre otros tantos, al igual que extensiones de tierra destinada a la agricultura, ganaderías, turismos y recreaciones.
El gobierno debe atender territorios fronterizos con Venezuela, Ecuador, Brasil y Perú; invirtiéndole y acondicionarle centro de comercio de productos agrícolas, ganadero, pesquero, artesanías y pan coger, libre de nacionalización e impuestos. Otros productos o mercancía limitaría en cuanto el valor o monto de lo que adquieren en compras.