El Plan de Alimentación Escolar (PAE) necesita ser ajustado en todo el departamento de La Guajira, así como en el resto del país. Pero, de momento y por las mismas circunstancias especiales de nuestro terruño, estamos apuntando a los ajustes que beneficien a nuestros niños wayuú, afrodescendientes, criollos, wiwas, arhuacos, koguis y kankuamos.
Es una exigencia y cobra fuerza la propuesta en el sentido de que sean los padres de familia, a través de sus asociaciones en las instituciones educativas, quienes responsablemente manejen los recursos y los contratos que se adjudican a particulares para el suministro de la alimentación a sus hijos. Es un tremendo reto, pero, tampoco hay que dejar solos a los padres de familia para que se enfrenten a un hecho que, lógicamente, les debe parecer una novedad.
Sin embargo, ya hay mucha experiencia en el mundo, en el país y en otros departamentos colombianos. Por ejemplo, ya en el Valle del Cauca y en la misma ciudad de Cali, el profesor y conferencista Luis Rincón Bonilla nos explicaba como ya en varias instituciones educativas de esa región del país, son las asociaciones de padres de familia las que están administrando los dineros del Plan de Alimentación Escolar.
La propuesta ya fue puesta en conocimiento del presidente Gustavo Petro y del ministro de Educación, Alejandro Gaviria, quienes han pedido tiempo para sentarse a analizar los pro y los contra de la iniciativa que, de prosperar, se convertiría en un proyecto de ley a ser puesto a consideración del Congreso de la República a objeto de que en todas las instituciones educativas del país, la comida de los estudiantes sea administrada por sus propios padres.
Y ya no se hablará de “barriga llena corazón contento” sino que se hablará de que un estudiante bien alimentado es prenda de garantía para recibir y sacar buen provecho de una educación de calidad.
Pero, nos hacemos repetitivos en esto: no hay que dejar solos a los padres de familia en los procesos de selección y contratación. Hay que preparar a los padres en materia de estos procesos administrativos porque es mucho dinero el que está en juego y los tentáculos de la corrupción siempre estarán dispuestos a aprovechar cualquier descuido por inocencia o por ignorancia. Le cabe una enorme responsabilidad a los entes departamental y municipal de educación para tenderles una mano a los padres de familia que lideran procesos en las escuelas donde estudian sus hijos.
Urge capacitar y actualizar a las asociaciones de padres de familia para que asuman con dignidad el reto de administrar correcta y honestamente los recursos del PAE. Sería inadmisible un padre de familia robándose la plata de la comida de sus propios hijos.