Yeisy Iguaran Ballesteros, autoridad tradicional comunidad indígena La Ceibita Macedonia, se pronunció sobre la situación del paro a las afueras donde se construye la mega cárcel de Riohacha y hace referencia a las declaraciones del Personero de Riohacha, Yeison Deluque Guerra.
Indicó la autoridad tradicional, mediante un comunicado de prensa que “en la reunión adelantada el viernes 21 de los corrientes en la mesa de diálogo dirigida por la Alta Consejería para las regiones de la Presidencia de la República por la vulneración de nuestros derechos fundamentales con la construcción de la cárcel de mediana seguridad en el Distrito de Riohacha, usted manifestó que nuestra comunidad se posesionó o se ubicó detrás del terreno que la Alcaldía Distrital de Riohacha le entregó en donación al INPEC para la construcción de la cárcel. Hechos totalmente falsos e imprecisos, pues usted desconoce la realidad de nuestro territorio, como lo hemos manifestado en múltiples ocasiones nosotros no invadimos, ni tampoco nos tomamos el territorio a la fuerza en el cual hoy habitamos”.
De igual manera la autoridad tradicional se refirió a las declaraciones del Personero de Riohacha sobre la situación actual de la obra y la supuesta liquidación del contratista.
“Esta información es sesgada y carece de veracidad, toda vez, que si bien es cierto, como comunidad, legalmente constituida, hemos venido realizando incidencias para visibilizar de nuestros derechos fundamentales vulnerados en el marco de la construcción de la cárcel de mediana seguridad del Distrito Riohacha, la cual nos conllevo inicialmente a un bloqueo de la entrada principal de la construcción, la cual no duro más de tres 36 horas, ya que funcionarios del Distrito llegaron hasta la comunidad con promesas de solución a las peticiones presentadas y se levantó el bloqueo. Posterior se procedió desde la comunidad a realizar una huelga de hambre en reclamación a los derechos vulnerados, pero esta manifestación legitima y pacifica no obstruyo el desarrollo de las obras, solo hasta ahora, después de casi diez meses de ininterrumpido trabajo en la construcción, nuevamente en reclamación legitima de nuestros derechos fundamentales vulnerados decidimos, bajo nuestra autonomía y libre determinación como pueblos indígenas, suspender las obras de esta cárcel levantada y construida en nuestros territorios ancestrales”.