El presidente Gustavo Petro declaró este viernes desastre natural por el invierno. Dijo que la situación ha crecido tanto que los municipios no están pudiendo solucionar los problemas provocados por las lluvias.
“Esto es algo que le va a tocar asumir a la Nación y también podríamos colapsar”, afirmó.
La declaratoria le puede permitir al Gobierno mover recursos del presupuesto de este año para poder atender a la población en crisis por las inundaciones y por el hambre.
El pasado jueves se conoció un video de cómo la creciente del río Dagua arrasó 20 viviendas en el municipio del mismo nombre, en el Valle del Cauca. Es solo una más de las tragedias, casi diarias, de una temporada de lluvias que ha llevado a que 19 de los 32 departamentos de Colombia declaren el estado de alerta y a que el martes los ministros se reunieran solo para discutir cómo enfrentarla.
Los deslizamientos de tierra, las inundaciones, las crecientes súbitas y las corrientes torrenciales han afectado directamente a casi 100 mil familias y no se descarta que la ola invernal sea similar a la de 2010 cuando murieron más de 300 personas, se inundaron 1.6 millones de hectáreas y varias ciudades quedaron incomunicadas, por lo que el Gobierno debió decretar una emergencia social.
A falta de por lo menos dos meses para que cesen las lluvias, la temporada invernal es la de más impacto desde la de abril de 2014, cuando casi 300 mil familias fueron afectadas.
Yolanda González, directora general del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales –Ideam– señaló que este año las lluvias usuales se suman al ‘Fenómeno de La Niña’, un período en el que se enfrían las aguas de la zona ecuatorial del océano Pacífico, que se ha acentuado con el cambio climático, y produce más lluvias y menores temperaturas en las regiones Caribe, Pacífico y Andina de Colombia.