Llegó diciembre y Riohacha, la capital de La Guajira, se muestra como una ciudad reventada debido a ciertas obras que se vienen ejecutando, algunas atrasadas por la lluvia de la época.
A esa situación se suma la oscuridad y suciedad en ciertos sectores que en nada ayudan a mostrarla diferente, amén de ciertos trabajos particulares que realizan las personas de la calle que se rebuscan con las basuras y los cordones de miseria que aumentan por la falta de trabajo en un grueso de la población. Además de la inseguridad, los problemas de movilidad y la invasión del espacio público.
Es decir, la ciudad atraviesa por uno de sus peores momentos en esta administración que requiere de manera urgente que el alcalde José Ramiro Bermúdez defina medidas para empezar a tomar los correctivos. Es perentorio armar una hoja de ruta iniciando por las obras que se ejecutan en la ciudad, para evaluar su estado de ejecución y verificar si realmente se cumplirá con su entrega en el tiempo previsto en los contratos, como los trabajos que se realizan en El Callejón de las Brisas.
Es necesario evaluar la cantidad de huecos en diferentes puntos para empezar a sellarlos y de paso recoger los escombros que se encuentran alrededor. Las basuras merecen un capítulo aparte porque es urgente implementar los llamados comparendos ambientales sancionando a quienes horas después de ser recogidas vuelven a colocar residuos sólidos en sectores como el mercado y las avenidas.
Con esta fotografía, la primera autoridad del Distrito y sus secretarios podrían implementar una serie de estrategias para lograr mostrar al menos una ciudad limpia, iluminada y ordenada que de alguna manera cause una buena impresión a quienes empezarán a llegar aprovechando la fiesta de Navidad, fin de año y el periodo vacacional.
Desde la dirección de Tránsito también se puede lograr que mejore el problema de movilidad que requiere constancia y no tomar medidas de momento.