Ya habíamos hecho público nuestros temores con respecto a los resultados de las Pruebas Saber 11 en Riohacha y el departamento de La Guajira. No eran ni son temores infundados.
Los hechos lo están demostrando y sin embargo, estos resultados no han merecido pronunciamiento por parte de las autoridades departamentales o municipales, en el sentido de explicar, reconocer o autorreconocer su postura frente a los resultados bajos en su gran mayoría, pero, tal parece que ya la comunidad se acostumbró a no pedir y que los responsables tampoco se sientan aludidos a responder el porqué de lo que está pasando en materia educativa.
Se llegó a plantear la declaratoria de emergencia educativa, pero no se han dado los pasos conducentes a ello. Con o sin declaratoria, el departamento de La Guajira está en emergencia educativa y las consecuencias de ello no son a futuro. Esas consecuencias las estamos viviendo en tiempo presente, como quiera que las estadísticas no solamente muestran un alto índice de deserción escolar, sino en delincuencia juvenil. Sin una buena formación, la juventud sigue el camino del menor esfuerzo y este camino es el de la delincuencia que se lleva por delante todos los valores que han llevado años de construcción por parte de la sociedad guajira.
Nos asombra el silencio de las secretarías de Educación y de las asociaciones de rectores. Nos sorprende que no haya habido un pronunciamiento por parte de la Asociación Nacional de Trabajadores de la Educación (Fecode) ni de su filial Asodegua. No estamos asegurando que estén de acuerdo con los resultados, pero sí nos gustaría conocer sus apreciaciones sobre el particular.
Si hay foros para todo, hay reuniones y cabildos abiertos hasta para analizar la inmortalidad de los cangrejos, ¿por qué no se ha convocado a un foro para analizar los resultados de las Pruebas Saber 11? ¿Es acaso un orgullo o una vergüenza que entre los 33 departamentos del país, La Guajira haya ocupado el nada honroso puesto número 30? Que se cansen otros. Desde esta trinchera editorial no nos vamos a cansar de pedir, gritar y exigir que se revisen los modelos pedagógicos, las estrategias pedagógicas, didácticas y las formas de cómo aprenden los estudiantes y cómo enseñan los maestros.
Es triste pensarlo, pero es una realidad. Nos estamos entreteniendo en cosas pasajeras que no nos están brindando las mejores de las recompensas. Todo tiene su tiempo. Pero, la educación debería absorber la mayoría de nuestro tiempo. No es posible que los resultados de las Pruebas Saber 11 hayan sido minimizados por las noticias de los reinados de belleza y los festivales y hoy por el Mundial de Fútbol. Todo eso pasa. Y la ignorancia sigue firme en su reinado en territorio guajiro.