Con gran sentimiento y pesar nos corresponde presentar las condolencias a los familiares de la periodista Rosa Rosado Quintero, una mujer que por más de 25 años de servicio a los medios de comunicación se había ganado el respeto dentro del gremio, por sus excelentes resultados desde que egresó de la facultad de Comunicación Social y desde entonces, trabajó al servicio del periodismo de su región.
‘Ocha’ como cariñosamente la llamaron sus familiares y colegas, desde que salió de la universidad con el título de comunicadora social, se programó para transitar por los diferentes medios escritos, radiales, televisivos y digitales, además desde la organización de las distintas oficinas de prensa de las entidades públicas.
Destacamos que en la casa materna de Rosa Rosado se respira periodismo, ya que ella era hermana de la también periodista Mary Rosado, corresponsal de RCN en el Cesar, mientras que en su hogar el periodismo estaba de presente ya que su esposo Miguel Barrios es el corresponsal de El Heraldo en Valledupar, sin dejar por fuera los familiares de apellido Quintero que también son periodistas.
Hoy podemos decir que el ‘País vallenato’ pierde a una gran periodista que durante el ejercicio de su vida profesional se destacó por su profesionalismo, seriedad y sobre todo, muy ecuánime en sus apreciaciones a la hora que le correspondía hacer las críticas a los funcionarios, comentarios que nunca desentonaba con la realidad del cual solo buscaba dos objetivos, que solucionaran o corrigieran la falla que la entidad que representaba estaba cometiendo y por otro lado, al oyente – quejoso le dieron la solución a tiempo.
Rosa perdió la vida al lado de Jairo Bolívar Araújo en un absurdo accidente de tránsito por carreteras del departamento del Cesar, cuando se encontraba de regreso a Valledupar, después de haber acompañado al gobernador de su departamento en una jornada institucional en Chimichagua. 4 compañeros más que resultaron heridos.
De Rosa nos quedan sus recuerdos, su profesionalismo, pero también sus gestos de alegría y felicidad a la hora de atender a un colega, la que buscaba solución a cualquier tema que se le colocara: una profesional con soluciones y de atención inmediata.
Se nos fue Rosa Rosado, la gran ‘Ocha’ como le decíamos cuando de ella queríamos recibir una sonrisa, una sonrisa que se apagó para siempre y la que, como amigos y colegas, siempre recordaremos. Paz en la tumba de Rosa Rosado Quintero.