Los colombianos tenemos que reconocer que el presidente de nuestro país es Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez, los cuales hacen parte del Gobierno que administra a toda la geografía nacional desde el 7 de agosto de 2022 hasta el 7 de agosto de 2026 y como dice su programa de gobierno: “Colombia será potencia mundial de la vida, mediante un Pacto Histórico que de manera urgente concrete un nuevo contrato social para el buen vivir y el vivir sabroso con todas las diversidades de la nación para entrar por fin en una era de paz, cuyo rostro sea una democracia multicolor, expresión de los mandatos ciudadanos, que haga realidad la igualdad, una economía productiva que genere riqueza basada en el trabajo y la protección de la casa común”.
Estamos haciendo recordación porque muchos seguidores de Gustavo Petro pareciera que no se hubieran percatado que ganaron la Presidencia, especialmente porque el equipo que acompaña al mandatario desde el 7 de agosto de 2022 debe entender que tiene la obligación de gobernar para los colombianos, independientemente del rótulo político o ideológico que tenga ese compatriota.
Cuando los resultados de la segunda vuelta le dieron el triunfo al nuevo presidente, los colombianos y el mundo escuchamos esta frase: «Me llamo Gustavo Petro y soy su presidente», por lo tanto, el presidente de Colombia y los amigos del Gobierno tienen que dejar de estar pendientes de lo que digan sus opositores, en este caso los uribistas.
Por las discusiones bizantinas que aún realizan entre ‘petritas’ y ‘uribistas’, pareciera que aún no se han dado cuenta de que ganaron las elecciones, actuando como si estuvieran en campaña, mientras que por el otro lado existen algunos ‘uribistas’ que no se quieren dar por vencidos y siguen en la brega del desconocimiento y sufriendo la nostalgia por la ausencia del poder.
La administración Petro-Márquez va a cumplir el 7 de febrero el primer semestre de gobierno y a estas alturas pareciera que no encontrara el rumbo administrativo, tal vez por estar pendiente de los movimientos del contrario, mientras que los opositores al actual gobierno se han dedicado a entretener a los ‘petritas’ para que tengan un mal resultado y puedan perder popularidad y credibilidad, así como la favorabilidad, la aclamación y el reconocimiento que tuvieron desde el día en que llegaron a las urnas y tuvieron el apoyo popular.
Entendemos que a 6 meses de gobierno, el presidente Gustavo Petro con su mandato tiene que controlar al país para que no se le salga de las manos, simplemente porque observamos que los ministros aún se encuentran como loquitos disparando sus criterio para todos los sentidos, dando a entender que no tienen un líder que los conduzcan por la misma línea que trace su jefe máximo. La disparidad de criterios entre quienes son los más cercanos colaboradores del presidente Gustavo Petro es lo que nos conduce a pensar que hace falta liderazgo en el Gobierno.