“Yo fui a Riohacha el día 2 de febrero, esa ciudad me pareció bonita, porque hay muchos edificios modernos, se ve que allí si hay gente progresista, que saben invertir bien el dinero y hacer todo lo que ella necesita”.
Cada año y con motivos del día de la fiesta cumbre riohachera viene a la mente colectiva la obra musical de Armando Zabaleta que tituló en 1979 “Riohacha” que los Hermanos Zuleta incluyeron en el LP “Dinastía y folclor” en la cual relata la grata impresión que le causo la ciudad durante su visita un 2 de febrero, y de paso pide recordar que no es en este bendito suelo el único lugar donde suceden cosas malas.
Con justificada alegría, Riohacha tiene el corazón de fiesta este 2 de febrero y los riohacheros celebran con devoción, porque anuncia el Almanaque Pintoresco de Bristol que ha llegado el día de Nuestra Señora de Los Remedios, a la cual quienes tienen más confianza con ella llaman ‘La vieja Mello’, Santa Patrona que llegó a la ciudad en 1570, enviada por Felipe II por orden de su abuela Isabel La Católica, por afortunada equivocación, porque el Guacal en que fue transportada desde España tomó rumbo distinto a su inicial indicado, quedándose ella en el lugar más septentrional de Colombia y en la bahía más linda de América se quedó la Inmaculada Concepción; era evidente que Dios le había encomendado la misión ineludible de salvar a Riohacha aquel 14 de Mayo de 1663 cuando el mar embravecido la estaba devorando y los aterrorizados feligreses aquella noche tempestuosa la sacaron, y la llevaron de frente al monstruo amenazante que ya había tomado para sí la “Calle de la platería”, solo ella fue capaz de detener lo que pudo ser, y hoy se conoce como un maremoto o algo parecido a un tsunami de aquellos que se presentan en el pacífico. Nos recuerda ese pasaje histórico, lo que se dice en las Santas Escrituras que Jesús viajaba junto con sus compañeros en una embarcación por el mar y mientras él dormía los sorprendió una tormenta que amenazaba con voltear la embarcación, lo llamaron, él al despertar se puso de pie y reprendió los vientos, de inmediato volvió a la calma y pudieron continuar su viaje, fue cuando él les pregunto, ¿y dónde está tu fe?
La fiesta en honor a la milagrosa santa, no se realiza el día del milagro sino el 2 de Febrero, día universal de la Virgen de La Candelaria de quien ella es una advocación, día de connotaciones espirituales profundas, de recordaciones meritorias, veinticuatro horas de alabanzas por gratitud del pueblo que ha enfrentado y salido airoso de tantos peligros naturales, sociales e institucionales, tampoco es un día indiferente para los oportunistas, cazadores de ilusiones y los falsos profetas, aquellos que hacen votos de riqueza y se amparan en el manto de la mismísima Virgen María para ocultar la falta de piedad con sus semejantes.
La presencia de políticos y de los temas de la política durante esta trascendental celebración no es nueva, eso es más viejo que el “Polvo manta en el hombro”, precisamente durante una parranda muy comentada en la época se fraguó en 1905 el primer fraude Electoral en la elección de un presidente de La República, en un parrandón, de esos que se realizan ahora en kioscos, patios y finquitas, salió elegido presidente quien perdió las elecciones, el General Rafael Reyes se benefició de La Virgen de Los Remedios, su grandiosa celebración facilitó todo, la diferencia entre los dos fue de 2 votos electorales, consecuencia obvia de los 23 votos de mas que se incluyeron en el famoso Registro de Padilla a Reyes, así le “bailaron el indio” a Joaquín Vélez el Cartagenero que fue el ganador.
Son pocos los días tan significativos como este para la vida espiritual de los hombres y mujeres nacidos y nacidas en Riohacha, sus verdaderos devotos y devotas se desplazan desde cualquier lugar de Colombia o del mundo para estar presente durante las Sagradas Eucaristías, la procesión y verle la cara a la jefa de todos, la gente se esmera en la selección del vestuario para esos actos, las mujeres sacan del baúl los trajes más vistosos y los caballeros bajan de la orqueta la guayabera mejor almidonada para llegar a la Catedral como Dios manda y para agradarla a ella y fortalecer los pulmones en el alma.
En esta fecha especial viene a mi mente mi padre, el día de la patrona era un acontecimiento grandioso para él, era la fecha escogida cada año para estrenar el vestido entero que traía previamente del almacén Valher de Bogotá, su entusiasmo era desbordante y le gustaba compartir con sus amigos después del Tedeum con finos licores, pero sin emborracharse, y con “Música de viento”, interpretada por las denominadas Bandas Papayeras, era para él un día diferente, se transformaba, llegaba temprano a la Catedral, se veía feliz, y le molestara que no nos vistiéramos “como Dios manda” para esa ocasión, y en los últimos años de su periplo vital, lamentaba, la ausencia de muchos amigos que habían partido para siempre, la pérdida del respeto por la virgen, y decía reiterativamente que esa gran fiesta la estaban “perrateando” metiéndole otros temas que nada tenían que ver con la fe, ni la devoción.
Hoy nos verá a todos desde las alturas, sin duda observa con gozo que a pesar de todo, los verdaderos devotos no han dejado sola a La Candelaria, que hay oportunismo alrededor de los festejos pero la gran mayoría de la concurrencia llega a la Catedral por gratitud genuina, y porque así se lo pide el corazón, mientras nosotros pedimos su intercesión ante ella para que nos proteja a todos en este mundo donde igual que en drama de Penélope en la Odisea, la gente buena, quienes llevan a Dios en el corazón tejen por las noches, y las almas enfermas, la gente mala a quienes por falta de oficio el diableo se los pone, destejen por las noches.