Las denuncias de venta irregular de predios del Distrito de Riohacha a particulares siguen a la orden del día, situación que desde tiempo atrás ha sido ventilada por los medios de comunicación, pero que poca atención prestaron quienes han ejercido como alcaldes.
Hoy vuelve el tema cuando públicamente se informa de unos predios ubicados en el corregimiento de Camarones que el Instituto Nacional de Vías cedió hace más de 24 años al municipio de Riohacha, y que de manera sorpresiva un particular los reclama como propio, presentando una escritura pública.
A esa situación, se suma otra denuncia sobre un lote ubicado en la calle 27 con carrera 12, donde la Gobernación de La Guajira construyó un tanque elevado para el sistema de acueducto de la ciudad, y hoy una parte está cercada y en otra están construyendo viviendas.
Otro caso se referencia en la salida a la ciudad de Valledupar, en donde inicialmente se programó la construcción de una Villa Olímpica por parte de la Gobernación de La Guajira, cuyos predios se encuentran invadidos por personas que no gozan de vivienda propia.
El tema que no es nuevo, requiere de una atención especial por parte de la Administración Distrital y de la Gobernación, para que logren identificar esos predios que, al parecer, de manera irregular se venden a particulares, y que se convierten en un serio obstáculo para generar obras macro para la ciudad en temas de vivienda, parques, bibliotecas y escenarios deportivos.
Ambas administraciones están en el deber de defender sus bienes, y de ejercer control al interior para ponerle freno a quienes de manera fraudulenta quieren apropiarse de ellas.
Si la administración permite que se sigan apropiando de los pocos bienes que le quedan, especialmente de predios, le será difícil ofrecer alternativas de educación y recreación a sus ciudadanos.
Es urgente entonces que la administración departamental y el Distrito de Riohacha, recopilen la información necesaria para que ejerzan autoridad y orden sobre su patrimonio, que poco a poco se lo han dejado arrebatar en detrimento de una comunidad que requiere disfrutar de unas mejores condiciones de vida a través de infraestructuras que generen desarrollo social.