En las últimas sesiones ordinarias de los cuatro concejos de los municipios de Villanueva, El Molino, La Jagua del Pilar y Urumita se ha presentado la iniciativa de facultar a los alcaldes para que suscriban la constitución de la asociación de municipios del cono Sur de La Guajira.
A un concejal de Villanueva que nos contactó para que lo asesoráramos, se le comentó la existencia de la Asociación de Municipios del Sur de La Guajira –Asoagua– y la incompatibilidad de otra asociación si tenían el mismo objeto. El estudio técnico de esa Asociación, creada en 1998, la realizó el suscrito columnista con el apoyo del Corpes Costa Atlántica, y desde el principio, se acordó que su misión sería prestar los servicios de agua potable y saneamiento básico en la provincia de Padilla.
Es sintomático de la crisis de Asoagua esta iniciativa de crear una nueva asociación de municipios que debe suscitarles algunas preguntas a quienes la promueven: ¿Para qué se asociarán? ¿Qué figuras pueden conformar? ¿Cómo se está en asociatividad territorial en el país? ¿Cuál es el camino para asociar municipios?
La asociatividad territorial es un ejercicio que se materializa en la unión voluntaria de dos o más entidades territoriales que conforman un Esquema Asociativo Territorial con el fin de aprovechar economías de escala, generar concurrencia de fuentes de inversión, mejorar la focalización de inversiones, articular objetivos, programas, proyectos y acciones alrededor de una visión compartida de territorio y ejercer competencias en un modelo de planificación integral conjunto.
En el marco del ordenamiento territorial vigente (Ley 1454 de 2011) a partir de municipios solo es posible conformar Regiones de Planeación y Gestión, Provincia Administrativas y de Planificación y asociaciones de municipios. No es posible crear ni la región, ni las provincias, y mucho menos, los resguardos indígenas como entidades territoriales.
Centrémonos en las características de los municipios asociados en término de quiénes, cómo y para qué se unen. En otra ocasión nos ocuparemos de las Provincias Administrativas y de Planeación, Regiones de Planificación y Gestión, la asociación de Departamentos, las Regiones Administrativas y de Planificación –RAP–, las áreas metropolitanas como la de Valledupar que limitan con los cuatro municipios del Villanueva grande y los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial –Pdet– con sus Planes de Acción de Transformación Subregional.
Los municipios de un mismo o diferente Departamento (Guajira-Cesar) se pueden asociar a través de convenio interadministrativo previa autorización de los concejos municipales y de sus reglas de juego que se definen por medio de la adopción de estatutos, los cuales se protocolizan en notaría pública. Además, se deben registrar en el MinInterior y formular el respectivo Plan Estratégico de mediano plazo.
Se asocian los municipios para organizar conjuntamente la prestación de servicios públicos, la ejecución de obras de ámbito supramunicipal y el cumplimiento de funciones administrativas propias, entre otras. También para ser gestores catastrales, y lo más importante, poder presentar proyectos de impacto regional ante los Fondos Regionales del Sistema General de Regalías según la nueva ley (2056 de 2020) que suprimió todos los Órganos Colegiados de Administración y Decisión –Ocad– municipales y departamentales.
El proyecto de la nueva asociación de municipios del extremo Sur de La Guajira no parte de cero asociatividad. Hay que aprender de los errores de Asogua y también de sus logros, así como de las experiencias territoriales colaborativas del resto del país.
En la actualidad hay 54 asociaciones de municipios, 6 áreas metropolitanas (la Upar, una de ellas), 13 provincias administrativas y de planificación (la del Sur de La Guajira es la única viable en todo el Caribe colombiano), 6 Regiones de Planeación y Gestión y 5 RAP (incluida la Caribe) para un total de 85 entidades asociativas territoriales. A la fecha, de 1.122 municipios, 563 están asociados.
Los municipios de Villanueva, El Molino, La Jagua del Pilar y Urumita no solo se deben asociar, entre otros motivos, para presentar proyectos a fin de canalizar recursos de regalías a través de Ocad Regional del Caribe, sino para tener la fuerza suficiente a fin de concertar la inversión departamental en su territorio como se hizo en los años 1992–1993 a través de la oficina de Planeación de la Gobernación y la Asamblea de La Guajira.