Aunque Cartagena estuvo bajo toque de queda durante el puente festivo de Reyes, algunos establecimientos públicos violaron esta restricción y permitieron la presencia de grandes cantidades de personas en sus locales.
Por esa razón, las autoridades distritales intervinieron 13 de esos lugares y sellaron siete, porque no tenía protocolos de bioseguridad contra el Covid-19 y ni siquiera garantizaron el distanciamiento entre sus clientes.
El secretario del Interior, David Múnera, explicó que en estas intervenciones fueron sorprendidas más de 2.500 personas violando el toque de queda.
A todo esto se suman los operativos realizados en los sitios turísticos de la ciudad, donde muchas personas fueron desalojadas por usar indebidamente estos espacios. Fue el caso de Playa Blanca, en isla Barú, donde más de 10.000 personas fueron desalojadas por llegar al balneario sin reserva previa.
En el Centro Histórico de la ciudad también hubo intervenciones para controlar la afluencia de público.