Por esta razón y porque existen otros departamentos con iguales debilidades, el Gobierno nacional a través de Colciencias ha venido incrementando los esfuerzos dedicados a la formación de profesionales de alto nivel con recursos del Sistema General de Regalías y el Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación. El objetivo es el de apoyar a los profesionales interesados en llevar a cabo estudios a nivel doctoral. Por eso, Colciencias otorgará 1.000 becas para todo el país, y entre ellas, 48 para La Guajira, cien por ciento condonables, las cuales podrán ser usadas en todas las áreas del conocimiento.
Esta iniciativa se enmarca dentro del programa Becas de Excelencia Doctoral del Bicentenario, que destinará un total 250 mil millones de pesos, con los cuales se financiarán los gastos de matrícula y manutención de 1.000 estudiantes de todo el país. En la distribución de la propuesta de las becas del bicentenario, al departamento de La Guajira le fueron asignadas 48 becas, por un valor de $11.993.443.066,08. Los aspirantes podrán acceder a cualquiera de los 382 programas de doctorado que hay en Colombia. Los requisitos para participar de la convocatoria son: ser colombiano, tener título profesional, contar con la admisión en alguno de los programas de doctorado en Colombia, acreditar algún tipo de vinculación con nuestro departamento y postularse con una propuesta de investigación que se encuentre alineada con los focos priorizados por el Departamento. Los focos priorizados en el Plan de Acuerdo Estratégico Departamental aprobado en 2015, fueron: agropecuario-agroindustrial, medio ambiente, turismo, recursos del océano e hidrobiológicos, energías renovables y logística.
De tal manera que en el marco de este orden de prioridades, deben enfocarse las propuestas de los trabajos de investigación de los postulantes que aspiren acceder a los beneficios de las becas del bicentenario para La Guajira. Para mejor contextualización, desde mi opinión, considero pertinente que, igualmente estas propuestas vayan alineadas con los retos del desarrollo regional para el presente bienio que ha considerado el Departamento con los recursos de ciencia, tecnología e innovación. Los retos que se definieron en su orden son: en el foco agropecuario-agroindustrial, eficiencia de la producción agroalimentaria del Departamento para garantizar seguridad y autosuficiencia alimentaria y el desarrollo industrial como alternativa laboral.
En cuanto al foco del medio ambiente, la conservación de los recursos naturales y la calidad del ambiente con énfasis en el recurso hídrico. En lo relacionado al foco de recursos del océano e hidrobiológicos, el reto es posicionar al Departamento como el primer productor del país de recursos hidrobiológicos marinos y continentales. En el foco de turismo, sofisticar la oferta para convertir a La Guajira en un destino turístico de clase mundial, es oro de los grandes desafíos. En lo referente al foco de energías renovables, el aprovechamiento eficiente y racional de las energías renovables para mejorar la calidad de vida de la población, es igualmente la punta de lanza para el desarrollo. Finalmente, en el foco logístico, el gran reto es el desarrollo en sectores estratégicos de infraestructura tecnológica, portuaria y de vías y transporte para integrarse a la red nacional. Así las cosas, considero pertinente y muy oportuno la llegada a La Guajira de esta formación de alto nivel en doctorados. Porque además, la corte constitucional declaró a través de la Sentencia T-302, el estado de cosas inconstitucionales en nuestro departamento. Lo cual en mi criterio, no es otra cosa distinta a afirmar que en este departamento, no hay garantía de los derechos fundamentales, y por eso, la muerte recurrente de niños y madres lactantes wayuú.
De ahí, que hayan sido accionados el Gobierno nacional con ocho ministerios a la cabeza, junto a los municipios de Riohacha, Maicao, Uribia y Manaure y el propio departamento. Esto demanda que desde el rigor científico, se desarrollen trabajos de investigación que sean pertinentes en cuanto a la realidad del Departamento y la crisis humanitaria que vive la población. Esta es una forma de atenuar los ruidos que han puesto en la picota pública la imagen del Departamento, y a la vez, la cualificación de nuestro recurso humano para asumir los retos y desafíos del futuro.