“Cuando Maicao está malo, La Guajira pasa hambre”, esta frase sabia de un comerciante de Whisky del municipio de Maicao lo define todo, Maicao ha sido durante décadas la fuente primordial de ingresos de la sociedad guajira que llegaban en búsqueda de establecimientos comerciales y oportunidades de trabajo de Riohacha, Barrancas, de la Alta Guajira, Magdalena, Líbano, de China y de muchas partes del mundo llegaron personas a buscar su sueño dorado y de paso traer riquezas a sus familias.
En una de las tantas charlas con mi amigo Abraham Cibulkiewcz (q.e.p.d.) y dentro de todas las cosas que hablábamos, hubo una que me llamó poderosamente la atención, me expresó que por medio de sus fuentes de información se había enterado que en China pensaban que Maicao era un país, por la gran cantidad de mercancías que solicitaban a diario y que después de los atentados a la Sinagoga en Argentina y la Marcha de grupos extremistas en las calles de este bello municipio, los organismos internacionales comenzaron una búsqueda avanzada de las fuentes de ingresos y contactos de muchos comerciantes que se habían establecidos en nuestras tierras, el FBI, la CIA y el Mossad Israelí mandaron a sus agentes a investigar, buscando nombres, enlaces, cuentas bancarias y comenzó la desbandada en nuestro municipio, sale la famosa lista Clinton y se le institucionaliza el remoquete de contrabandistas a todo el comercio de la vitrina comercial.
Cuando comienza todo este caos los dueños de los bancos que manejaron miles de millones de dólares en consignaciones, comenzaron a ordenar los cierres de sus sedes y borrar todo rastro en sus comisiones en las participaciones bursátiles, esto trae que el comercio de Maicao cambiara su tendencia de textilera y de mayorista de electrodomésticos a la consagración de la venta de licores y abastos.
Este último grupo de comerciantes se organiza y por la necesidad de independizar cualquier lazo con los vinculados en las listas gringas, crean Findecol (federación de importadores de cigarrillos y licores de La Guajira) donde después de muchas batallas, caen derrotados ante el inmenso poder de la familia Puyana, quedando relegados a comercializar solo en la zona del régimen especial aduanero y exportaciones a terceros países, como contentillo y en acto de suma benevolencia los cachacos le ceden el manejo de las rentas (Fondeg) para inversión en el territorio, pero estableciendo como límite de comercialización a través de los mal llamados cupos de importación, que en la mayoría de países del mundo es casi que prohibido por las limitaciones a los derechos comerciales que les asisten a los ciudadanos, pero aquí los inservibles voceros de los comerciantes lo hicieron ver como todo un triunfo.
Hoy con pandemia encima, con cierre de fronteras determinados por dos presidentes que deberían ser amigos, por extralimitación de funcionarios fiscalizadores y por un comerciante miedoso y cobarde, una gran cantidad de despidos que pasan sin consecuencias, una cámara de comercio que cobra, pero no defiende ni apoya es que tenemos a Maicao así, con calles desoladas y con la mayor invasión en su historia de centros comerciales de grandes superficies, donde solo vienen por nuestras potencialidades y llevarse el poco dinero circulante que mueve el municipio.
Ahora ante estos garrotazos que nos hemos llevado me acuerdo de los políticos lisonjeros que llegaban a las fiestas de los grandes comerciantes a servirles el trago en sus fiestas y sacarle gruesas sumas de dinero para sus campañas políticas y hoy estos “ilustres y honorables” personajes no hacen, sino, apoyar las políticas cachacas centralistas y monopolistas en contra de un pueblo derrotado que todavía ve esperanzas y que dice que no todo está perdido.