La jornada de protesta que se ha desarrollado en el país en contra de la reforma tributaria, nos ha generado una doble preocupación frente al derecho a la protesta social que tenemos los colombianos, la cual goza de protección constitucional y el derecho inherente a la salud que la estamos poniendo en peligro con salir a protestar bajo la responsabilidad del Gobierno nacional.
No sabemos hasta donde podemos poner en riesgo nuestra salud y ofrendar nuestras vidas para engrosar una manifestación que por mucho aislamiento y medidas de bioseguridad que cumplamos, al momento de la efervescencia y al calor de las manifestaciones corremos el riesgo de rozarnos con una persona asintomática y al momento de gritar las arengas, el desplazamiento de las gotillas se multiplica y se transportan con mayor velocidad, aumentando la posibilidad de que llegue a nuestro cuerpo.
Y es que no sabemos qué pueda afectar más al pueblo colombiano, si la reforma tributaria o la pandemia del Covid-19. Salimos a las calles con el fin de protestar por una medida lesiva establecida por el gobierno del presidente Duque llamada reforma tributaria, pero al mismo tiempo corrimos el riesgo de adquirir una carga viral de una pandemia que está acorralando a media humanidad, aunque muchos de los manifestantes son del criterio que con la reforma nos empobrecemos más o morimos de hambre y en cambio con el Covid-19 nos enfermamos más o conseguimos la muerte, no sin antes señalar que quien participa de las manifestaciones corre el peligro que la carga viral la lleve a la casa y la reciba el familiar que no estuvo en la protesta.
Nosotros también rechazamos la reforma tributaria y llamamos al Gobierno para que reflexione y retire la iniciativa del Congreso de la República, basado en la expresión del pueblo colombiano quien con sus manifestaciones puso en riesgo su salud para decirle “No” al nuevo Estado tributario, en donde hubo muchas personas que salieron a las calles a rechazar el proyecto de ley y estamos de acuerdo con que es lesivo para el bolsillo de los más necesitados.
Quienes salimos a las calles con el fin de protestar pacíficamente, defendimos los intereses de los que no marcharon, de los que se quedaron en la casa y de los que por alguna razón no pudieron engrosar las manifestaciones.
Aplaudimos quienes protestaron pacíficamente en contra de la reforma tributaria que nos afecta el bolsillo y nuestra paupérrima economía, aún en contra de un virus que nos ataca.
Quienes lideraron las protestas pacíficas son héroes que en contra del comportamiento de la naturaleza y las lluvias en algunas regiones, han liderado el “No” hasta que el Gobierno nacional deje de lesionar el bolsillo de los colombianos.