Hoy en el mundo reina el caos, solo se escucha de muertes de pandemia, de rumores de guerra, de conflictos, de intereses económicos de empresas multinacionales representadas en naciones que despiertan odios por el coloniajes económicos – políticos ideológicos que hacen en naciones subdesarrolladas de visión limitada, de pobreza espiritual religiosa, de débil desarrollo y de inmadurez política, parecieran que avanzaran como el cangrejo dónde cada día se sienten que están más hundidas en el fango del interés personal que está por encima del colectivo que es la mayor causa de que estén tan divididas, fragmentadas política y económicamente, si se avanza en el tiempo pero no paran de estar inmersa a nivel de humanidad en un profundo foso lleno de roedores y de penetrante oscuridad es como los nidos de las ratas en el alcantarillado de una inmensa ciudad.
Además de eso, existe un oscurantismo religioso de muerte espiritual, donde lo que se cree que es verdad es mentira, que lo se cree es luz es oscuridad, lo que es amor es pasión, lo que se cree es Jesús es Luzbel, lo que se cree es nación es cartel, si, vivimos en un mundo que todo es confusión.
Es decir una gran Babilonia, escrito está en el apocalipsis de los últimos tiempos y qué decir del clero religioso que su deber es volver los corazones de la humanidad hacia Dios han convertido los púlpitos en trincheras políticas en defensa de pensamientos de hombres y no de Dios; bien dijo nuestro Señor Jesucristo: “sígueme, deja que los muertos entierren sus muertos”, el mundo de hoy se ha convertido en un hades espiritual, en un pueblo de muertos espirituales, porque la verdad no está en ellos, porque la verdad es esta que nos dice nuestro Señor Jesucristo: “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mi, aunque esté muerto, vivirá”; después de haber resucitado a un muerto muy famoso llamado Lázaro. La esencia de la venida de Jesucristo, del evangelio del cristianismo es la resurrección de los muertos de este mundo, esa es la esencia de las buenas nuevas del Reino de Los Cielos la resurrección empieza es esta vida, no en otra.
La falta de conocimiento es oscuridad para la vida, es vivir en la mentira; es vivir un mundo de felicidad en migajas, de momentos, porque se vive del cuerpo cuando somos espíritu, lo único que nos hace ser feliz es lo que alimenta al espíritu que son los frutos espirituales donde el amor es el mayor, la bondad, la caridad, la humildad y lo que mata, lo que intoxica al espíritu es la falta de conocimiento, la ignorancia es primero que todo, luego la mentira, el odio, la soberbia, el egoísmo, el ego, la codicia, la avaricia; la falta de la verdad es muerte, es condenación para el alma. ¿El analfabetismo espiritual como nos tienen?; ¿el analfabetismo político como nos tienen?; por eso es que los avaros o codiciosos todo lo convierten en negocio sin importar si eso es comercial o no; es ahí donde nace la corrupción; el pueblo de los muertos.