La Guajira hoy en día tiene un plan de vacunación masivo que ha permitido que muchos paisanos se hayan puesto la primera y hasta la segunda dosis del esquema de vacunación contra el Covid-19. Esta acción se le aplaude al Gobierno nacional porque le dio prioridad a un Departamento que tiene dificultades políticas, económicas y sociales.
Un tema que ha sido polémico en el último mes es la alternancia escolar, y ha sido controversial porque, aunque muchos digan que se debe comenzar a reintegrarse a las instituciones educativas hay un gran número de personas que no están de acuerdo con la decisión tomada desde el Ministerio de Educación. Esto sería un fenómeno de estudio que arrojaría datos a solucionar, pues aunque las personas expresen que los niños están en las calles y parques jugando sin sus implementos de protección personal, sería diferente al estar los estudiantes encerrados en un aula y sin contar con los protocolos estipulados.
Se debe garantizar que todos los estudiantes que van a reintegrarse cuenten con una batería sanitaria que mantenga el servicio del agua disponible en todo momento, y no estamos hablando de un solo lavamanos para toda la institución. Así mismo, se debe garantizar el distanciamiento físico estipulado ¿Será que los planteles educativos cuentan con esos espacios dentro de sus salones?
A su vez, también se debe garantizar un espacio con ventilación para que el aire transite de forma fluida. ¿A caso las instituciones de La Guajira tienen esos mínimos protocolos resueltos a la fecha? En muchos salones solo se cuenta con uno o dos abanicos de techo, lo que hacen las altas temperaturas, es que los estudiantes se desesperen y pueden correr el riesgo de mal manipular sus tapabocas.
Es de anotar que los docentes también se sienten indispuestos con esta decisión, porque expresan que van a realizar doble trabajo, uno con los estudiantes de alternancia y otro esfuerzo con las clases que deben impartir por las plataformas digitales al restante del grupo escolar. Todos estos son variables que deben ser estudiadas por las Secretarías de Educación y Secretarías de Salud Municipales y poder levantar un acta donde consten las falencias y una hoja de ruta para poder compartir deberes entre las entidades estatales.
Cabe resaltar que estas alternancias escolares fueron proyectadas con anterioridad y es de un buen administrador revisar las falencias de cada institución y poder plantear soluciones con los recursos disponibles para esta clase de acciones, o ¿Será acaso que ahora es el momento de comenzar a rodar la pelota de una lado a otro para ver quién asume los costos y las culpas?
Muchas de las instituciones públicas no tienen la capacidad de afrontar la alternancia educativa, pues su infraestructura carece de lo mínimo exigido para la reapertura, en muchos casos no cuenta con fluido hídrico todo el tiempo, mucho menos cuenta con los recursos para habilitar lavamanos nuevos, pues, aunque a ellos se les destine un monto económico específico no alcanza para suplir todas las necesidades.
Hay que inspeccionar la inversión que hayan hecho las alcaldías municipales en los colegios en todo este tiempo que se lleva planificando el regreso a las aulas.
Así mismo también sobresale el interrogante de la parte de desinfección de las aulas escolares que se van a utilizar para la alternancia, también de los tapabocas y alcohol que se debe disponer siempre en los salones, ¿Quién suministraría esos elementos de bioseguridad?.
Y para finalizar mi gran inquietud es: ¿En caso de que en un plantel educativo un estudiante se contagie y tenga complicaciones quién va a correr con la responsabilidad?