La inteligencia emocional fomenta en los seres políticos la sabiduría y puede tener líder en el intelecto humano y esperanza en los guajiros, unidos podemos, lograr una lideresa guajira senadora brillante en el congreso colombiano.
Estamos cansados de esa política perversa y excluyente con los guajiros, en la que solo los poderosos y los expertos pueden opinar, y cuando el pueblo opina, es un perturbador intruso, en el poder; modelo en el que somos ciudadanos sólo una vez cada cuatro años; y esa voz que nos dice: vota y elígenos, ya no opines mas, te necesitamos solo en la política, votando por los poderosos o por migajas de trozos de comidas y nos dejan los pedazos en brozas de basuras; ¿dónde están los senadores o senadoras guajiras, defendiendo los guajiros en el Congreso?
Cansados de caudillismo y las vanidades son más importantes que la gente, en un mundo que no ofrece salud sino apenas remedios y quirófanos, en que la salud hay que esperarla, suplicarla y sufrirla, que nos afectan a todos los pobres y solo consulten el interés de las corporaciones y la voluntad de los políticos, y al país campesino, mestizo e indio nos ordenan darle la espalda a la naturaleza y decirle adiós a la agricultura, para imponer un modelo de desarrollo que ahora está matando al mundo, con este coronavirus y la forma Fracking con glifosato, un gobierno mezquino; no hay derecho, ¿por qué La Guajira no tiene senadora o senador guajiro que nos ayuden desde el Congreso?
Estamos cansados de que sea la gente las que les pide audiencia a los políticos y no los políticos a la gente; de que la decisiones sobre cada páramo; cada río, cada bosque, cada cañada, cada rincón del territorio las tomen los que no conocen, ni los aman, ni los han visto nunca; cansados de vivir como extranjeros en nuestra patria, en nuestro mundo, pidiéndoles siempre permiso a unos dueños como a los políticos, que comenzaron hablar de la represa del Ranchería cada 4 años y vienen los mismos cada 4 años a terminarla, a ofrecernos senadores no guajiros hoy vienen hacer nuevos estudios técnicos, ¡qué hipocresía e indignidad con nosotros! Tenemos conciencia del tejido social y no hay derecho que nos quiten las aguas del Ranchería, sin la represa todos los años y todos los años llegan estudios, diseños y proyectos para mejorarla y los municipios del sur sin agua potable.
Estamos cansados de tener juventud sin ingresos, ciudadanía sin oportunidades, no conocemos, una fábrica de agua; destruimos ríos envenenados, bosques talados, selvas que fueron siempre el pulmón del planeta y ahora viven bajo amenazas creciente. Cansados de una educación que no nos ayuda a ser humanos, que nos enfrentan los unos a los otros; que nos hacen avergonzarnos de nuestros abuelos, que no nos enseña a cuidar el mundo; no nos dan lecciones de familias, orgullo, ni dignidad, de grandeza; cansados por Dios hasta cuidarnos del Covid-19 y de la cepa Sar2, viviendo sin disciplina social, como Brasil y políticas sin estados, con fascistas y racistas; apoyados de los EEUU.
Estamos cansados de esperar el gobierno generoso que nunca llega, que está cada vez está más lejos, la prosperidad que prometen, la paz que diseñan sin nosotros y la vida bella que merecemos y siempre hay que dejar para después; cansados de papeleos, de trámites de la voracidad de los bancos y de su tanto por ciento; un modelo que mezquina las monedas a los pobres ¿para poderles entregar los bolsillos a las grandes maquinarias corruptas, que cumplen con todos los trámites y tanta corrupciones en este mundo de pandemias.
Estamos preocupados porque no tenemos senadora guajira y otros se llenan los bolsillos en el Congreso; queremos senadora o senador que sea honesto, u honesta, que trabaje por esta bella guajira abandonada de sus líderes y lideresas, después de tantas temporadas políticas.
Estamos cansados, pero no nos cansaremos, no puede haber éxitos, si no hay conciencia política y calidad humana en cada uno de nosotros, Dios en familias nos dio la vida, pero es nuestra responsabilidad conservarla en política sin cansarnos. Estamos heridos, olvidados y moralmente destruidos; Colombia debería ser más humana políticamente, un valle de lágrimas a causa de la mortífera pandemia del Covid-19 y el largo desfile fúnebre por el virus, comenzó el 16 de marzo de ese año y las peleas de las vacunas están destrozando los corazones de los más pobres, seguimos luchando con esta juventud resiliente, creativa, sin cansarnos sociopolítica y perseverando, sí podemos.