Sabrina Speckman es una joven voluntaria residenciada en los Estados Unidos, quien a través de sus redes sociales logró la colaboración de amigos y conocidos para financiar la operación de una niña migrante de seis años.
La menor habita en uno de los asentamientos de familias migrantes en el municipio de Maicao, hasta donde llegó Sabrina, con el deseo de brindar apoyo a esas personas que llegaron en busca de trabajo y alimentos.
Se conoció que la pequeña presentaba un tumor en la espalda y el tórax, y requería de una cirugía que no se la habían realizado por la falta de recursos económicos de la familia, y por no estar vinculada tampoco a ningún régimen de salud en Colombia.
La situación de la familia migrante movió a Sabrina, quien realizó algunos videos de la niña y los subió a sus redes sociales, logrando a través de su fundación la solidaridad de muchos amigos y familiares, quienes desde San Diego, California, se sumaron a la causa.
Para la operación se contó con el apoyo de dos reconocidos médicos especialistas del municipio fronterizo, quienes retiraron la masa del cuerpo de la niña, que fue enviada a patología, esperando los resultados en próximos días.
“La niña está bien, se le regaló su medicamento, se dejó hospitalizada, y se le suministró a la mamá todas las necesidades que tenía para que ella no tuviera ningún tipo de gasto”, relató Sabrina en entrevista a Diario del Norte.
Valoró el apoyo de los especialistas, quienes cobraron un menor precio por practicarle la cirugía a la infante migrante.
Expresó la joven que seguirá de manera voluntaria trabajando por las familias migrantes ubicadas en el municipio de Maicao, tocando a las personas de buen corazón donde reside en Estados Unidos.
Entrega de elementos
La labor social de Sabrina se extendió hasta el asentamiento Painwashi Waya (Somos Unidos) donde vive la menor con su familia, entregando kits escolares, colchonetas y zapatos.
Sabrina Speckman permaneció en Maicao un mes y medio, donde logró conectarse con las familias vulnerables, a quienes llevó un poco de alegría en medio de las dificultades propias del día a día.
Ingrid Carrillo, líder social del municipio fronterizo, reconoció el trabajo voluntario de Sabrina, pues en tan solo mes y medio pudo mover muchos corazones que se sumaron a llevarles un poco de alegría y tranquilidad a más de 200 familias extranjeras ubicadas en Painwashi Waya.
“Es una joven muy activa, siempre dispuesta a ayudar al más necesitado, de una alegría que contagia”, expresó.
Agregó que el objetivo es unir voluntades para seguir llevando ayuda humanitaria a las familias migrantes, pero especialmente a los niños y niñas, a quienes sus familias no les pueden brindar las mejores condiciones de vida por sus dificultades económicas.
“Ella nos contagia, por su espíritu altruista, por su forma positiva para aportar a quien más lo necesite”, añadió.
Asimismo, resaltó que el objetivo es seguir trabajando, aunando esfuerzos para llevar más ayuda humanitaria a todas esas familias del hermano país de Venezuela, que hoy más que nunca requieren del espíritu solidario de los guajiros.
“Ellos hoy están con nosotros, hacen parte de la ciudad y necesitan unas mejores condiciones para pasar unos mejores momentos”, acotó.
Sabrina nació en San Diego, California, su mamá es colombiana, de la ciudad Valledupar, y su papá alemán, quienes también apoyan la labor social de su hija.
La voluntaria está de vuelta a San Diego pero su corazón se quedó en muchas familias migrantes, y en la niña de seis años que hoy es más feliz y gozará de una mejor calidad de vida.