Desnudos, morenos y asustados salieron de sus poblados hacia las playas de la isla y se adentraron en las aguas para ver más de cerca el extraño barco. Corrían a darles la bienvenida, a llevarles alimentos, agua y obsequios.
Después, Colón escribió en su diario: “A primera hora del día salimos a tierra en la barca armada. Bajamos Martín Alonso Pinzón, su hermano Vicente y yo… Al poco rato se había juntado allí mucha gente de la isla. Es toda gente pacífica, de hermosos cuerpos y bellos rasgos… no llevaban ni conocen armas, salvo unas pequeñas lanzas de madera”. Era el viernes 12 de octubre de 1492.
El descubrimiento de América pudo haber sido muchos años antes. No se dio debido a que la iglesia católica los mantenía arrumados en su continente con el cuento que la tierra era plana y que al navegar mar adentro caían por un abismo, caerían a la nada o a los puros infiernos. Y, el que se atrevía a contradecirlos muy fácil y rápido lo pasaban al papayo. Sin este temor pudo haber sido descubierta por los ingleses, franceses, holandeses, italianos, griegos y tal vez la conquista pudo ser mucho menos sanguinaria y sangrienta.
Cristóbal Colón no desafió esas creencias, pues era creyente. Él con su combo salió a buscar una ruta más suave para el comercio con la India y en algún momento del viaje se embolató. Además que murió sin darse cuenta del holocausto que produjo su visita.
Fue un daño tan gigantesco y monstruoso que nunca seremos capaz de asimilarlo, pues con solo documentar las masacres o esclavitud a los indígenas y violaciones sexuales a las mujeres tenemos para entender que fueron mucho más los beneficios que obtuvieron los europeos con su llegada que lo que pudieron aportar.
Entre el intercambio comercial y cultural inicial encontramos que los españoles trajeron: la rata, piojos, pulgas, el perro, la gallina, el caballo, el mango, el melón, el pepino, el plátano, naranja, mandarina, limón, la caña, el arroz, el frijol, la cebada, el trigo, la vaca, espejos y el machismo. Además de epidemias como viruela, sarampión, tosferina, paperas, lepra, gripa, difteria, tifoidea, cólera, fiebre amarilla, conjuntivitis, gonorrea y sífilis. Estas enfermedades acabaron con el 90% de la población indígena debido a que no tenían defensas contra las epidemias europeas.
Su locura era por el oro. Colón llevó varios indígenas como prueba ante los reyes que había encontrado una nueva ruta a las indias. Además, otra cantidad para enriquecerse con la venta como esclavos.
Para nadie es un secreto que con Colón vino lo peor de la gente de España pero los indígenas creían que eran dioses.