Alrededor de muchos años en los municipios de Uribia, Maicao, Manaure y Riohacha se han ido explorando diversas soluciones para erradicar la deserción escolar, un flagelo que nos impacta a todos, condena el futuro de la nuevas generaciones, atropella y contradice la misión de la Constitución de 1991 en cuanto a la protección de la dignidad humana.
Siempre he comprendido el pasado como un escenario cronológico al que hay que mirar solo en contadas ocasiones para aprender sobre labores efectivas que en otrora fueron aplicadas y surtieron grandes resultados. El pasado en el área educativa nos demostró a todos que la inversión pública en fortalecimiento de infraestructura educativa de los internados es la solución más efectiva para disminuir los altos índices de analfabetismo y deserción escolar.
No me cansaré jamás de decirlo, un buen gobernante se define por la cantidad de obras en infraestructura educativa que realice, la Constitución Política y la Sentencia T-302 brindan una seguridad jurídica sin precedentes para aquellos que deseen propender sobre el bienestar social. La solución está en construir más internados y fortalecer la capacidad de los que ya existen para que estos puedan albergar la mayor cantidad posible de niños.
Son miles los guajiros profesionales exitosos que hoy día aplican el mayor ejemplo del buen resultado que arroja la instalación de internados educativos en zonas donde el acceso a la educación es supremamente complicada por las condiciones geográficas y socio-políticas que nos caracterizan en esta región.
Los miles de millones anuales gastados en transporte escolar han demostrado que no son la solución efectiva para ampliar eficientemente la cobertura educativa, y es que hablar de constituir una cobertura educativa amplia y eficaz infiere además incluir los efectos del medio ambiente, los veranos fuertes y los inviernos severos, a consecuencia de las fuertes lluvias los niños ven imposible salir de sus casas para acudir a la jornada educativa y en verano los padres los ocupan con actividades del pastoreo, porque con la escasez del agua los animales suelen irse lejos de las comunidades y son los niños quienes deben acudir a la protección del rebaño.
¿Cuántos internados educativos han construido los actuales alcaldes de Riohacha, Uribia, Maicao y Manaure? ¿Cuántos internados educativos de los ya existentes han sido intervenidos con inversión pública e infraestructura educativa para la ampliación de su capacidad?
Si la respuesta a estas preguntas es: ninguno, entonces es menester replantear el norte de esos planes de gobierno de forma perentoria. La situación en nuestra región es muy distinta a la de cualquier otra en el país, no se puede seguir aplicando el gasto de los recursos públicos como si viviéramos en otro lugar del mundo en donde existieran mejores condiciones de vida, hay que adecuar la ejecución de la inversión pública a las realidades sociales urgentes que tenemos.
La Guajira es un departamento rural, según las estadísticas del Dane más del 50% de los habitantes de esta región viven en zonas no pobladas por eso es fácil deducir que las estrategias y mecanismos integrales deben ser aplicados con un enfoque diverso a cualquier zona del país, respetando la priorización para infraestructura educativa, salud y agua.
La educación es la respuesta a nuestro futuro, si las condiciones educativas mejoran, entonces podríamos estar hablando de una mejoría notoria en la calidad de vida, desarrollo socioeconómico y visión colectiva promisoria de sus habitantes.
La forma en cómo el acceso a la educación le cambia la mentalidad a quien la asiste es trascendental e impresionante, no podemos tener una población con un sentido social positivo si los accesos al sistema educativo siguen siendo aislados e ineficaces en sus zonas rurales.