Escribir estas líneas para mí es un honor, un sueño cumplido, ser voz para los que no tienen voz en medio de aquel desierto exótico y mágico, sí, así mismo es, poder contarles un poco de toda la riqueza cultural y natural que hoy me permito pintarles con mis letras.
Nazareth, Alta Guajira, un lugar de indígenas pujantes, luchadores, emprendedores, que pese a las diferentes circunstancias que les ha tocado vivir, ahí están, fuertes y firmes, diciéndole al mundo que siguen tejiendo la historia desde la tradición oral, aquella que los alaulayu wayuú inculcaron a quienes hoy mantienen vivo dicho legado ancestral, combinado a ello una pequeña mezcla de los alijunas que llegaron a ser parte de la historia que se escribe en Akuwoun, quien hoy lleva el nombre de Nazareth, gracias a los misioneros que el 6 de agosto de 1911 pisaron este territorio, de inmediato lo asociaron con el territorio árabe, del que no cabe duda, existe una gran semejanza, tanto en su posición geográfica y su riqueza natural, lo que les permitió a esos misioneros bautizarla, creyendo que Jesús el nazareno los había puesto ahí, para que iniciasen junto a los habitantes nativos de esta tierra, los hijos de mareiwa, de juya y mma, los capítulos que hoy se lee de ellos.
Desde entonces se creó el Internado indígena de Nazareth, una institución que marcó la historia de esa población, su amor a ella y su entrega diaria les ha permitido ser parte fundamental para el desarrollo de la misma. Este Internado ilustre ha venido siendo comandado por las terciarias capuchinas en la dirección de la hermana caleña María Cristina Bueno, quien junto a los padres de familia nativos de esta población y sus maestros han sabido articular las costumbres de los wayuú, permitiéndoles crear y creer en lo que son, como lo vienen haciendo sus maestros, en especial el poeta y pintor wayuú Livio Suárez, quien le escribe a su territorio, a sus usos y costumbres, mitos y leyendas.
Por supuesto, desde el área de lenguaje siembra en los niños y jóvenes de esa prestigiosa institución educativa étnica de la Alta Guajira, el amor por el arte escénico, poético, artístico, el aprovechamiento del lenguaje como manifestación desde lo propio.
Es así que es justo y necesario que se visibilicen los procesos que se gestan aquí en esta hermosa población, donde cada maestro acompaña cada actividad pedagógica, desde la pedagogía del amor del pedagogo Luis Amigo.
Encontramos junto al maestro, poeta y pintor Livio Suárez García a la maestra Leída Fernández. Ellos dirigen el grupo de teatro Indante, donde se combina el teatro, la poesía, las costumbres, tradiciones y las habilidades de cada estudiante wayuu. Maravilloso trabajo que me honra contar de este mágico territorio nativo, lleno de historias que debemos leer, libros que se dibujan en el rostro de cada uno de sus habitantes.
Es por eso mismo que los poetas del mar, allá estaremos en nuestro X Encuentro Internacional Literatura al Mar, leyendo las grandes historias que falta leer y que entre poetas compartiremos y multiplicaremos al mundo.
Así mismo, dentro de la población encontramos líderes que la aman y que han permitido que ella crezca y avance, entre los que encontramos está el señor corregidor e inspector de Policía, Lisímaco Paz, quien se encarga como nativo de este territorio de que todo vaya bien y a favor de sus paisanos.
Nazareth, Alta Guajira, territorio ancestral, territorio de mar, musa encantadora de poetas, de artistas que crecen en ti y que hoy te permiten leer.