Esta semana el presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un, ordenó que ningún ciudadano del país exprese algún tipo de gesto de felicidad durante 11 días, para conmemorar los 10 años de la muerte de su padre Kim Jong-il, anterior líder de esa nación.
La orden implica que durante ese periodo de luto, los ciudadanos no podrán reírse, no podrán beber alcohol, no podrán participar de ninguna actividad de esparcimiento, ni celebrar sus cumpleaños en caso que les caiga dentro de los días de luto.
Los norcoreanos tampoco tendrán permitido salir a comprar comida el día del aniversario del fallecimiento de Kim Jong-il. Y si una persona muere durante el periodo de luto, sus familiares no podrán llorar fuerte, y no tendrán permitido sepultar el cuerpo hasta que termine la conmemoración.
Según Radio Free Asia, la Policía recibió instrucciones de buscar a los ciudadanos que no luzcan lo suficientemente tristes por la muerte de Kim Jong-il. De hecho, desde diciembre la Policía ha tenido que trabajar sin descanso para castigar a todo aquel que altere el ambiente de duelo.
Cabe mencionar que no es primera vez que el dictador norcoreano Kim Jong-un emite prohibiciones exageradas recientemente. Este año prohibió varios tipos de corte de cabello, las camisas estampadas, el pelo puntiagudo o pintado de colores, con el fin de reducir comportamientos occidentales.