Cuando pasa el tiempo, uno va comprendiendo que la vida es la mejor y la más extraordinaria aventura, como una caja de sorpresas. Lloramos al venir al mundo y con llanto nos despiden del mundo.
Vivimos en la vida hasta la edad longeva y muchos no comprendemos su sentido ni sus misterios. Hay quienes se creen sabios en su propia opinión, y eso, les impide aprender las lecciones de la escuela de la vida.
Leyendo a Jorge Luis Borges, el escritor y poeta argentino de tantos pergaminos, por estos días comprendí, que como él expone, “después de un tiempo uno aprende que, si es demasiado, hasta el calor del sol quema”.
Así mismo que, “es uno quien planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores”. Hay que estar atentos a las lecciones de la vida, la vida te habla, y te regala sus enseñanzas, solo tienes que ser un buen escucha, y leer bien, el diario acontecer.
Continúa diciendo Borges, “disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes”, aprendamos a perdonar. Además, agrega con su pluma, “Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado”.
Porque, “Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas”, remata el escritor y poeta argentino.
También nos enseña Borges, a aprender y decidir, decide ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución, decide ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis, decide ver cada noche como un misterio a resolver, y finalmente, decide ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz. Aprendamos también, que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.
Descubramos igualmente, que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, el amor es una filosofía de vida. Aprendamos que, de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás.
Ya no duermas para descansar, ahora simplemente duerme para soñar. También dice Borges, que de tanto perder aprendió a ganar; de tanto llorar se le dibujó la sonrisa que siempre tuvo.
Sigue diciendo, que conoció tanto el piso que después sólo miraba el cielo. Que tocó tantas veces fondo que, cada vez que bajó, ya sabía que mañana subiría. Las heridas fuertes nunca se borran de tu corazón, pero siempre hay alguien realmente dispuesto a sanarlas, es otra afirmación de Borges.
Disfruta de la mano de Dios, todo mejora siempre y no te esfuerces demasiado que las mejores cosas de la vida suceden cuando menos te las esperas. No las busques, ellas te buscan. Lo mejor está por venir.
Recordemos, que por muy pesada que sea la cruz que en la vida nos toque llevar, siempre habrá quien nos ayude a cargarla. Resiste, nunca desistas, levántate y anda, la vida está hecha para los valientes, y tú y yo, somos uno de ellos.
Mira que, por esta temporada decembrina, necesitamos hacer un inventario de nuestros días vividos y de los que faltan por vivir. Uno entre más sólo está, mas mundo ve, retírate del bullicio y de los afanes y lo agitada que es la vida, y encuéntrate contigo mismo, y realiza higiene mental y nútrete con tus experiencias y las lecciones de vida que otros te han dado.
La vida hay que vivirla para contarla, y a través de la tradición oral, transmitir sus enseñanzas de generación en generación, para que otros aprendan sus lecciones. Aprendamos que, en esta vida nada es seguro, solo la muerte.
Nadie nos pertenece, y aprendamos que las personas estarán con nosotros el tiempo que quieran y deban estar, y quien realmente está interesado en nosotros no los hará saber a cada momento y contra lo que sea.
En fin, de año, hagamos un inventario de los errores y aciertos en el 2021 y planifiquemos el 2022. No dejemos nada al azar, la pandemia fue otra gran lección de vida junto con el confinamiento obligado. Recordemos que, la vida es nuestra mejor escuela, aprender sus lecciones nuestra mejor disciplina.