La poca presencia de la comunidad en los eventos programados alrededor del carnaval de Riohacha, indica que no está pasando por su mejor momento. Con el paso del tiempo se observa cómo se agudizan los problemas, producto del trabajo particular de cada organización que poco les interesa trabajar alrededor de una sola agremiación.
No es posible que la comunidad no se interese por participar de los eventos abiertos, lo que está desdibujando la esencia del carnaval porque no se transmite a la nueva generación para que esta fiesta se siga manteniendo en el tiempo.
La crisis de las diferentes organizaciones es total, lo que se demuestra por el poco público en las actividades que realizan y lo que nos lleva a proponer al alcalde José Ramiro Bermúdez y al director de Cultura, Nicolás Lubo, que una vez termine esta temporada convoque de manera urgente a una mesa de trabajo para analizar la situación.
Un análisis que debe estar desprovisto de cualquier tipo de animadversión, pero si lleno de verdades que se deben expresar de manera respetuosa para lograr que se tome la mejor decisión y, que el carnaval recupere esa importancia que debe tener para la comunidad.
No es justo que las reinas central, infantil y las candidatas populares dediquen su tiempo a montar hermosos espectáculos para contar con poco público, y ni que decir de los desfiles que cada año cuentan con menos comparsas para mostrar.
El carnaval es una expresión popular que es de todos, razón suficiente para salvarlo de la indiferencia máxime cuando tiene tanta riqueza histórica que mostrar.
Cabe recordar al antropólogo Weildler Guerra Curvelo, cuando recientemente en un artículo de opinión que tituló ‘El histórico carnaval de Riohacha’, manifiesta que el carnaval es una fiesta pública que concierne a toda una sociedad cuyo espacio principal de interacción es la calle, además que se encuentra tempranamente registrado en las crónicas coloniales sin tener evidencia histórica que sea el más antiguo del país.
Esas y otras consideraciones deben llamar la atención del alcalde José Ramiro Bermúdez, para que salve de las garras de la indiferencia el carnaval de su tierra, Riohacha.