La fiesta política en La Guajira y el resto del país volvió a generar las emociones que en algún momento sentíamos que se estaba presentando una apatía por parte de los llamados a definir el futuro de los municipios y el departamento en el proceso calendado el 27 de octubre.
En los cierres de campañas políticas que hemos presenciado, notamos que los futuros electorales se pusieron la camiseta de su candidato y salieron a las calles a respaldarlo, porque están seguros que lo hará bien durante el siguiente cuatrienio que se inicia el primero de enero de 2020. En la mayoría de las manifestaciones fuimos testigo de un recorrido, en donde los seguidores de cada campaña ovacionaron al candidato de su preferencia y, por ende, cada candidato estuvo acompañado por ese futuro elector que reafirmará sus intenciones de voto el próximo domingo.
Con base a nuestra percepción, se denota que los candidatos a lo largo de la campaña han podido convencer a sus futuros electores o quien logre registrar la mayor votación, en donde esta semana que iniciamos se convierte en una jornada de trabajo más intensiva, porque ahora a los candidatos les corresponde mantener la voluntad del futuro elector y también convencer a quienes aún no han definido por quién votar.
Lo decíamos en algún momento, la política es un asunto de serios jugadores en la que uno tiene que ganar humildemente y otros deben aceptar con altura e hidalguía la derrota.
En esa recomendación, nos sentimos contentos porque quienes asesoraban a los candidatos bajo el concepto errado que la política se gana con guerra sucia, utilizando la mentira y el odio a través de las denuncias o las agresiones físicas y verbales, ese tipo de política está mandada a recoger y se está dejando de aplicar, simplemente porque debemos dar ejemplo de civilidad política. Cualquiera que sea el resultado el día del debate, ganadores y perdedores deben afrontar con civilidad, madurez y entendimiento, que la confrontación de ideas terminó con la elección y desde ese momento los candidatos que estuvieron en la contienda deben apalancar que se cumpla lo que el ganador ofreció al electorado.
Sabemos que al elector hay que persuadirlo con propuestas, con inteligencia, con grandes iniciativas y no ganarse un elector utilizando la mentira o la debilidad de las redes sociales para esconderse en un falso perfil y lanzar denuncia e inhabilidades que no existen, debido a que es lógico, si se gana la elección con mentiras, son 4 años de falsedades que tendremos los ciudadanos.
Igualmente, el candidato que promete en campaña debe cumplir su propuesta como administrador de la cosa pública, dicho de otra forma, prometiendo y cumpliendo para que la ciudadanía antes de finalizar el periodo constitucional de gobierno, tenga la confianza de refrendar con los niveles de popularidad su gestión y ese elector no se sienta defraudado.