El desmadre al interior de la empresa Air-e está conduciendo a la distribuidora de energía del Atlántico, Magdalena y La Guajira, al máximo abuso en contra del usuario sin que hasta el momento exista una autoridad civil que entre a mediar para ponerle freno a la serie de arbitrariedades que se vienen cometiendo, especialmente por los constantes cortes de energía y el aumento en la facturación del servicio.
Air-e se ha convertido en uno de los grandes generadores de violencia en los departamentos de Atlántico, Magdalena y La Guajira, incitando a los usuarios con sus inesperados cortes de energía y alta facturación, a las airadas reacciones de la comunidad, quienes buscan la vía de hecho como única herramienta que tiene el usuario para protestar. Es allí en donde se presentan los taponamientos de vías, asonadas e intento de suicidio, como el caso ocurrido en Riohacha con el vocal de control de los servicios públicos, Iler Acosta, quien se subió al poste de energía donde se encentraba la acometida del cableado para impedir el procedimiento que le cortaran el servicio, basado en una disputa jurídica relacionada con los fallos de tutela en donde le restablecen y luego le suspenden los derechos impetrados, generando la reacción de la comunidad que apoyó la protesta del exconcejal de Riohacha.
El desmadre al interior de Air-e se refleja en la mala calidad del servicio, en donde la facturación pareciera que se diera en dólares y paradójicamente a mayores apagones, mayor es el costo del servicio facturado. Esa falta de orden que se refleja en la mala calidad del servicio lo complementa al no contestar la línea de atención cuando el usuario tiene que reportar una emergencia o cuando se requiere saber en qué tiempo regresa el servicio de energía que han suspendido en los inesperados cortes. Muchos de sus usuarios le han pedido a Air-e que el servicio corresponda al precio que cobran por prestarlo, que contesten la línea de atención al usuario y que no se produzcan tantos apagones en momentos en que la mayoría de las familias se encuentran reunidas.
Los constantes cortes de energías, los cobros exagerados en la mala calidad del servicio y la no respuesta a las peticiones de los usuarios, vienen atiborrando las redes sociales porque no hay otra forma ni autoridad que escuche las quejas y ellas se complementan con la imposición instalando los medidores inteligentes sin avisarle al usuario.
Hoy podemos decir que Air-e es una de las empresas de mayor generación de violencia en Atlántico, Magdalena y La Guajira, más que hasta los grupos al margen de la ley debido a que el tiempo que lleva operando han generado en la comunidad un sinnúmero de manifestaciones que terminan bloqueando vías que dejan lesionados y con ellos el altísimo valor del servicio reflejado en la facturación.