Los militantes del matrimonio indisoluble entre el jolgorio y la amistad en donde predominaban las reuniones o los encuentros presenciales de personas con narrativa, jocosidad y el placer de escuchar una buena melodía, quedaron virtualmente separados por causa de la pandemia del Covid-19.
Los músicos tenían el convencimiento que el mundo virtual era un tema para los llamados millennials, centennials o la nueva generación, pero se ha demostrado que están equivocados, muchos de ellos han acabado con ese mito y han acudido a la tecnología para sus presentaciones en los llamados conciertos o parrandas virtuales.
Valoramos el hechos que muchos de nuestros artistas, generalmente vallenatos, antes de la pandemia del Covid-19 encabezaban los carteles de presentaciones en los grandes eventos de Colombia y otros países, ahora hacen parte de las invitaciones virtuales y aunque muchos de ellos digan que no es lo mismo sentir el calor del público, el acompañamiento de sus seguidores es incalculable en un escenario en donde solo se tiene la presencia del equipo técnico, pero a través del internet puede estar conectado con miles de personas que los acompañan simultáneamente en cualquier lugar del mundo.
El pasado 2 de mayo en pleno aislamiento preventivo obligatorio decretado por el presidente Iván Duque, y en donde se prohibían las aglomeraciones y los conciertos presenciales, se dio a conocer el innovador proyecto de los conciertos virtuales, liderado por expertos conocedores de la industria vallenata que buscaban minimizar el impacto negativo que genera la crisis de la pandemia y la cual ayudó a resolver la preocupación que tenían muchos de nuestros artistas para poder vender sus productos y generar ingresos.
Fue Jean Carlos Centeno quien hizo su primer concierto y a manera de experimento, le fue muy bien, reafirmando ese éxito virtual con la presentación de Elder Dayán y Rolando Ochoa quienes aumentaron las expectativas del anterior y así sucesivamente hasta decir hoy que los conciertos virtuales son mejores, con menor costo, mayor público y mejores dividendos.
Sabemos que no podemos olvidar la corriente folclórica que corre por las venas de cada uno de los costeños, pero la presentación virtual en temporada de pandemia no le quita la esencia que en el fondo tienen los conciertos o parrandas presenciales, esto nos invita a que nos adaptemos a los tiempos modernos y para quienes se rotulan como viejos por su edad o quienes dicen que no se adaptan a la virtualidad, tienen que revisar lo que les pasó a los dinosaurios en la historia, no se adaptaron al cambio y desaparecieron.
Aquí hay una enseñanza que nos conduce a sobrevivir en los tiempos modernos.
Es imposible echar a la basura el placer que nos extasiaba estar personalmente en cada concierto o las parrandas, hoy ese sentimiento debemos meterlo en el baúl de los recuerdos y vivir una gran realidad: el mundo de la virtualidad.