Para hablar de frente y llamar las cosas por su nombre no queda otra alternativa, el suicidio de jóvenes en La Guajira se ha convertido en un serio problema de salud pública; es más, ya no solamente se suicidan los jóvenes, hoy se registran datos de menores de edad que se suicidaron en el interior de sus casas, mientras que el pasado 25 de diciembre se conocieron tres casos en adultos en La Guajira.
Son campanazos que ya han debido pasar de la alerta a la acción de las autoridades del sector público y no dejar que este monstruo siga creciendo y diezmando las reservas de la juventud guajira.
Si es un problema de salud pública, entonces urge que se active la política pública de juventud, niños y adolescentes para tenderles una mano a las familias guajiras que han resultado afectadas por el suicidio de uno de sus miembros. En cualquier circunstancia y momento, la muerte de un familiar es un fuerte golpe emocional para sus parientes y allegados, ya que el suicidio supera el dolor natural porque no deja de crear sentimientos de culpa a todos los que rodearon al fallecido que quedan preguntándose en dónde fallamos, especialmente los padres de los suicidas jóvenes.
Queda claro que el fenómeno del suicidio ya no es un tabú y se puede, se debe hablar y tratar abiertamente en el seno familiar, con la asesoría de los profesionales de la salud mental. Por ello es absolutamente necesario sugerir a los padres que estén atentos al cambio de comportamiento de sus hijos. Observarlos de cerca y dialogar con ellos sobre el problema que los está aquejando. Los adultos ya tenemos experiencia y podemos ayudar a los jóvenes en la solución de problemas de cualquier índole.
Los padres deben conocer a sus hijos y estar alerta ante el asomo de cualquier manifestación de carácter depresivo. La depresión es uno de los principales factores que puede llevar a un joven a tomar la fatal y errada decisión del suicidio.
Ahora, ante las preocupantes estadísticas de suicidios de jóvenes en La Guajira, toca llamar la atención a las instituciones educativas públicas y privadas, para que incorporen esta temática a sus currículos y haga parte del pensum durante todo el año. Debe ser una temática transversal que impacte a los jóvenes en todas las asignaturas y que ellos siempre, siempre, tengan a quien acudir en sus colegios en sus departamentos de orientación psicopedagógica.
Están en mora las secretarías de educación de los municipios guajiros para fortalecer con profesionales especializados las labores de orientación psicológica y que los jóvenes no se sientan solos en su lucha por encontrar y hacerse a un espacio digno en la vida que les ha correspondido vivir.