La falta de confianza del ciudadano en las autoridades de La Guajira, no es gratuita, cada día se presentan una serie de situaciones que nos indica que algo no está bien en la región.
El dejar hacer de quienes destruyen los bienes públicos, el soborno de autoridades como la de ciertos agentes de tránsito, el tener que pagar a intermediarios para que muevan las cuentas que llegan a sus oficinas, la falta de respuesta a derechos de peticiones cuando corres- ponde, el no responder las llamadas telefónicas evadiendo así cualquier reclamación, la mordida cuando se ejecutan las obras, etc., nos dice que estamos frente a funcionarios con malas prácticas que caen en lo que se tiene que combatir, como es la corrupción.
No quiere eso decir, que todos los funcionarios son irresponsables ni deshonestos, pero es evidente que se siguen presentando situaciones en distintos espacios que requieren la intervención de quienes están en el ejercicio del poder para sancionar de manera drástica a quienes acoliten hechos corruptos.
También es importante reconocer a los ciudadanos que asumen sus críticas cuando consideran que el funcionario atenta contra la verdad, siempre y cuando sea riguroso y con los suficientes argumentos para demostrar que su objetivo es en la defensa del ciudadano.
Es urgente entonces, que los funcionarios de las diferentes dependencias desde la Gobernación y las 15 alcaldías, entiendan que sus actuaciones son públicas, que las decisiones que asuman deben corresponder a la verdad, y que deben cumplir con todas las exigencias de ley cuando corresponda.
Solo así, lograrán la confianza de la comunidad, y el reconocimiento que demandan por el trabajo que realizan por el que además algunos son muy bien remunerados.
La Guajira requiere en todos sus niveles de funcionarios responsables, honestos, competentes, y con un alto sentido de pertenencia por la tierra que los vio nacer.
para seguir avanzando y construir de la mano un Departamento próspero que debe traducirse en una mejor calidad de vida para quienes la viven.