El aumento de los casos de Covid-19 en La Guajira, es consecuencia en gran medida de la indisciplina social de la comunidad, que poco interés muestra por seguir al pie de la letra las recomendaciones de las autoridades de salud como el uso del tapaboca, el lavado de manos, el distanciamiento social y evitar las aglomeraciones.
A eso se suma que tampoco cumplen con las medidas que imponen desde los entes territoriales cuando expiden los decretos de toque de queda y ley seca, que violan cada vez que arman fiestas y parrandas clandestinas como suceden usualmente los fines de semana en la ciudad de Riohacha.
Para el Gobierno nacional, es claro que la primera responsabilidad recae en la comunidad, independiente de su nivel socio económico, no importa si goza del servicio de agua o no, o si tiene para comprar una botella de alcohol o para adquirir los tapabocas.
Ese es el mensaje que hacen llegar a través de sus funcionarios, y fue lo que primó en los días de Semana Santa, cuando dieron vía libre para el funcionamiento de distintos sitios turísticos, como para la alternancia en las instituciones educativas.
Si bien es cierto que la comunidad debe ser más responsable frente a este virus que sigue causando la muerte de muchos seres queridos y amigos, también lo es de las autoridades porque les corresponde salvaguardar la vida de sus ciudadanos.
Es decir no pueden lavarse las manos, cuando el nivel de pobreza es alto por ejemplo en departamentos como La Guajira, que goza de una numerosa población indígena dispersa que de presentarse ciertos brotes estaríamos frente a una calamidad difícil de atender.
Este es un tema de todos, con responsabilidades compartidas, donde cada quien debe esforzarse para cumplir con todas las recomendaciones de las autoridades de salud, puesto que en esos consejos está vencer un virus que sigue activo y causando dolor en muchas familias por la pérdida de los seres queridos.