Andrés ‘el Turco’ Gil, nacido en el barrio ‘El Cafetal’ de Villanueva, sur de La Guajira, vive hoy un drama económico propio de la desidia de los gobernantes de Valledupar y el departamento del Cesar, indolencia para una persona que le ha dedicado toda su vida a cumplir la misión de formar intérpretes de la música vallenata y con su conocimiento y esfuerzo para que se fortalezca el folclor.
Son más 30 años que tiene ‘el Turco’ de estar sacando niños y niñas del anonimato y llevándolos al estrellato para que hoy sean grandes y sean reconocido a nivel nacional e internacional, en donde muchos de ellos ya son reyes vallenato y otros han pisado la alfombra roja de Las Vegas, pero todo indica que la labor social que ha hecho ‘el Turco’ le ha generado un cansancio económico y físico que hoy lo mantiene a punto de perder sus propiedades, entre ellos el lugar donde funciona la Academia de Música Vallenata, por las deudas que tiene con los bancos y los ‘pagadiarios’ que constantemente lo amenazan con quitarle la vida si no les llega a pagar.
Paradójicamente, mientras ‘el Turco’ Gil descubría talento orientándolos a la vida de los nuevos artistas, su juventud envejecía y el poco capital que había logrado adquirir con la colaboración de sus amigos y sus admiradores, se iba desvaneciendo. Su persistencia y tesón con ‘Los niños del vallenato’ lo llevaron por diferentes lugares del mundo para codearse con los presidentes de turno, convirtiéndose en uno de los pocos colombianos a quien la prensa internacional lo destaca positivamente y no por lo del narcotráfico de Colombia.
Con su proyecto logró estar en la Casa Blanca bajo la presidencia de Bill Clinton, el mismo mandatario que en su libro ‘Cómo cada uno de nosotros puede cambiar el mundo’, lo referencia en un par de páginas, y qué decir que con notas de acordeón indujo al entonces presidente Hugo Chávez a cambiar la alocución un domingo cualquiera en favor de Colombia.
El padre de ‘Los niños del vallenato’ es uno de los pocos acordeoneros que escribe, lee y entiende la gramática musical, hoy busca la solidaridad del mundo vallenato, aunque Silvestre, Sergio Luis y la Fundación del Festival de la Leyenda Vallenata ya han dicho presente, se cree que falta un poquito más de solidaridad para saldar su deuda económica y sea la sociedad vallenata la que le retribuya el trabajo que tuvo al educar con escasos recursos económicos.
Para nadie es un secreto que ‘El Turco’ Gil le ha dado gloria a Colombia en diferentes lugares de mundo y pareciera que fuera el mundo de la música vallenata que ahora le diera la espalda. Lo que hoy vive este baluarte del acordeón, no guarda consonancia armónica con lo que le ha dado al folclor.