Para las décadas de los 60, 70 y parte de los 80, se popularizó entre el Sur de La Guajira y el Norte del Cesar, el dicho que decía: “Más malo que las 40 enfermedades”, aplicable para aquella persona que tenía un comportamiento ‘tremendo’ o no muy adecuado ante la sociedad, mientras que otros se vanagloriaban cuando afirmaban que si se habían salvado de las ‘40 enfermedades’ aguantaban las pestes que vinieran. Esa expresión hizo parte en su momento, de la sabiduría popular de los provincianos que científicamente no tienen ninguna credibilidad, pero con mucha lógica se refería a las enfermedades infecciosas y contagiosas que causaron la muerte de muchas personas en momentos en que la medicina no estaba tan avanzada.
De la expresión popular “las 40 enfermedades” podemos decir que los habitantes de La Guajira debemos estar inmunizados ante las ‘cuarentas cuarentenas’ que ha vivido el departamento producto de una zona desértica y la falta de agua para la población wayuú, considerada como la más vulnerable y quienes muchos en silencio les ha tocado sufrir cuadros febriles, vómitos, dolores de cabeza, tanto, que los ha llevado a presentar convulsiones y algunos en estado de coma.
Si bien es cierto que el pueblo indígena de La Guajira ha sufrido el rigor de la pandemia del hambre que genera desnutrición acompañado por la falta de agua, sus habitantes a lo largo de la historia médica han sufrido de cólera, fiebre amarilla, dengue en todas sus manifestaciones, sarampión, leptospirosis, tuberculosis pulmonar, chikunguña y hasta el virus de la gripe AH1N1. De toda esa cantidad de cosas que han afectado a la salud de los guajiros, hubo un hecho en el 2010 que prendió las alarmas y se trató con todo el sigilo, un caso de Carbunco Cutáneo presentado en una menor wayuú de 13 años residente en el municipio de Manaure, quien había tenido contacto con un caprino presumiblemente.
A lo largo de la historia, La Guajira ha sido declarada en alertas amarilla y roja, en calamidad pública y en cuarentenas, producto de la serie de enfermedades, pestes, hongos, plagas y los fenómenos naturales que han azotado a la península colombiana. Súmele la oleada devastadora que ha afectado a las aves domésticas de corral, vacas, caballos, mulas y burros, así como los hongos, plagas y enfermedades a los diferentes plantíos del departamento. No olvidemos la época de la encefalitis equina, la peste porcina clásica, fiebre aftosa y el año anterior vivimos la cuarentena ocasionada por el Fusarium Raza 4 Tropical, Foc R4T que afectó las plantaciones de plátano y banano en la Troncal del Caribe.
De aplicar la expresión popular de “las 40 enfermedades”, tenemos la fe de resultar airoso de la pandemia del Covid-19 que azota al mundo, otra que se le suma a las ‘cuarentas’ cuarentenas que ha tenido La Guajira.