La parranda es una virtud que en medio del jolgorio predomina la amistad, el goce y el afecto por quienes se reúnen para agasajar con muchas atenciones y amabilidad por parte de la cofradía que integra el festejo. Allí se presentan manifestaciones de consideración que son las que restringe el Aislamiento Preventivo Obligatorio, decretado por el presidente de la República, que busca quitarle velocidad exponencial al coronavirus con el fin de proteger la salud y la vida de los colombianos.
La conjugación entre la diversión bulliciosa arropada con el ambiente festivo de los costeños en donde profesamos el afecto, el cariño, el abrazo y el hecho de compartir el trago en el mismo vaso, son prácticas que quedaron en la historia y en los cuentos de parrandas porque en los tiempos de Covid-19 la realidad es otra: no saludar de mano, disminuir los besos y abrazos y dejar de compartir el trago en el mismo vaso. Tácitamente no lo dice el decreto, pero se interpreta de esa forma. En algunos municipios está restringida la movilidad con el ‘Pico y cédula’, ‘Toque de queda’ y en otros aplican la Ley Seca. Aparte de esto, se restringe el desarrollo de los eventos masivos, los consumos en bares, discotecas y restaurante, eventos que no dejan de ser un punto de partida de las parrandas, mientras que la protección al adulto mayor juega un papel importante, porque nuestros padres y abuelos históricamente han participado de las parrandas.
Lo que busca el Aislamiento Preventivo Obligatorio es garantizar el derecho a la vida, a la salud en conexidad con la vida y la supervivencia en el marco de la emergencia sanitaria por causa del coronavirus, restringiendo la circulación de las personas, de lógico con algunas excepciones para el cumplimiento de la producción y trabajos específicos. Pero en el tema de las parrandas existen algunas manifestaciones que están restringidas, que al cumplirlas, son propicias para infectarse con el virus, especialmente por la forma efusiva de quienes participamos de las parrandas producto de la herencia etílica, legados emocionales y tributo a la amistad, es una tradición oral que ha entrado en efectos suspensivos en los tiempos del Covid-19.
Las parrandas hacen parte de nuestra cultura entre amigos con calificativos de compadres, romper la cadena de la tradición oral es difícil por lo que muchos han reinventado la forma de tomar trago sin poner en riesgo nuestra salud con el Covid-19. Tanto así que algunos parranderos han creado las parrandas virtuales y los encuentros con pocos integrantes, previamente tomando las precauciones de distanciamientos. No faltan los ortodoxos que defienden la tradición, pero no hay que olvidar que estamos combatiendo un enemigo llamado coronavirus que actúa de manera silenciosa.