La producción de sal en Manaure y los distritos de riego del Ranchería y San Juan del Cesar, deben llamar a la unidad de todos los guajiros, pero especialmente de quienes habitan en esos territorios para hacer causa común y lograr que ambos proyectos funcionen adecuadamente y generen el desarrollo social y económico que tanto se reclama.
No es posible que esos proyectos que generan calidad de vida no unan los intereses de la comunidad, y que por el contrario estén causando divisiones internas y serias dificultades para lograr ponerlos en marcha y recuperar el tiempo que se ha perdido.
Se trata de dos iniciativas que generan empleo, lo que lleva a calidad de vida, y que representan para el Departamento desarrollo social y económico. Por lo tanto, los intereses deben ser comunes y no particulares.
En el municipio de Manaure, la empresa Sama intenta reorganizar al darse por terminado el contrato con Big Group, operador de las Salinas, lo que está generando una serie de sabotajes por grupos de personas de la propia localidad que no permiten que se avance en lo que finalmente interesa, que es la explotación, producción y transporte del mineral.
En tanto, en el Sur de La Guajira el Gobierno nacional anunció la reactivación de los distritos de riego, pero iniciando con el de San Juan, generando inconformidad porque por el momento quedaría por fuera el de Ranchería por la falta de recursos económicos. Esta decisión de gobierno tiene enfrentada a dos asociaciones de usuarios.
Estas situaciones que dividen a comunidades en el Norte y Sur de La Guajira, con dos proyectos diferentes pero con un fin común, requiere un llamado de atención respetuoso para que en medio de la diferencia se logren los acuerdos que sean necesarios cuando lo que está de por medio es generar trabajo.
La Guajira necesita seguir impulsando su desarrollo económico y social, y eso solo será posible si se ponen en marcha proyectos macros a partir de sus recursos naturales, en este caso las salinas de Manaure y la represa del río Ranchería, iniciativas que indudablemente mejoran la calidad de vida de las comunidades.