Pasados 20 días de una huelga de hambre, nueve jóvenes de la ciudad de Riohacha lograron firmar un acta de compromiso con el Gobierno nacional para iniciar un diálogo social a través de mesas de trabajo por sectores.
Los jóvenes levantaron la protesta confiando en que ese diálogo que inicia la próxima semana será sincero y de respeto entre las partes, esperando que la sociedad civil participe activamente de la iniciativa.
Los residentes en el Distrito de Riohacha valoran en todo el sentido de la palabra, la valentía de los líderes sociales que decidieron sacrificar su salud y tranquilidad, para seguir visibilizando los problemas estructurales de La Guajira, que tienen que ver con la muerte de los niños por desnutrición o la falta de agua potable, así como nuevos proyectos que se intentan montar en territorio wayuú y que tienen que ver con la energía eólica que ya está generando conflictos internos al interior de las comunidades.
Los jóvenes dieron un ejemplo de amor por la tierra que los vio nacer y demostraron que a pesar de la diferencia entre ellos primó el respeto y el profundo deseo de ser generadores de cambio que tanta falta le hace al Departamento.
Ese camino de diálogo respetuoso que se abre con el Gobierno nacional, debe ser el inicio de esos cambios que tanto se reclaman, pero que solo se logra si todos reman hacia el mismo lado.
La Guajira progresará social y económicamente en la medida de que la comunidad se involucre y realmente se convierta en un generador de cambio.
Es mucho lo que hay que trabajar por este departamento, pero también se necesita con urgencia un mayor compromiso de la comunidad para que por ejemplo participen del diálogo social que lograron los nueve jóvenes que demostraron que es posible avanzar en los propósitos de manera pacífica.
A Jeferson Palmar, Beatriz González, Luis Fernando Lobo, Eliel Castillo, Limbano Díaz, Yarley Molina, Enmanuel Rangel, Andrés Barliza y Jissac González, gracias por ese ejemplo de amor por su tierra, y por el liderazgo que asumieron en defensa de su comunidad que debe traducirse finalmente en bienestar colectivo.