La nobleza de los diferentes candidatos a las corporaciones públicas sufre un gran viraje al momento de ser elegidos y cuando son posesionados se les olvida todo lo que en campaña criticaron y prometieron al electorado. Esas prácticas politiqueras están generando entre los electores un fastidio prematuro en contra de quienes están en la vida pública a través del voto popular, en donde muchos alcaldes y gobernadores, comienzan a marcar desde ya un nivel de impopularidad porque los califican con el mismo rasero que son medidos quienes han pasado sin pena y sin gloria por las administraciones. Hoy cuando llevamos ocho meses con los nuevos gobernantes regionales, muchos alcaldes de La Guajira comienzan a generar un nivel de impopularidad ante su electorado.
En nuestro departamento existen exalcaldes que a ocho meses de haber dejado la administración gozan de una popularidad y grata recordación, mientras que otros se ganaron animadversión y el rechazo de sus conciudadanos descontándole cualquier posibilidad para una nueva aprobación en su aspiración futura, contrario a quienes lo hicieron bien y por ese nivel de aceptación hoy se están convirtiendo en precandidatos a la Asamblea de La Guajira, Cámara de Representantes o Gobernación. Sabemos que es muy prematuro hablar de precandidatos para las próximas elecciones regionales, pero en algunos municipios existe la creencia que pueden prosperar demandas administrativas que tendrían como final la salida de los actuales mandatarios, mientras que otros lo hacen para “ir calentando motores” de caras a las próximas elecciones.
En los corrillos políticos virtuales de La Guajira se vienen manejando borradores de futuras listas a las diferentes corporaciones públicas de exalcaldes que dejaron huellas durante sus administraciones, principalmente en el Sur de La Guajira en donde los mandatarios locales salieron con la frente en alto y con un aceptable nivel de popularidad, contrario a los salientes alcaldes del Norte del Departamento, que en su mayoría terminaron su mandato en una forma agonizante y en la mira de los organismos de control.
Claro está que quienes lo hicieron bien en el pasado gobierno, la ciudadanía le ratificó el candidato que recomendó y hoy son los nuevos alcaldes que recibieron ese voto de confianza.
A estas altura del partido y cuando llevamos apenas 8 meses de administración en el nuevo periodo constitucional de los alcaldes, existen mandatarios locales que desde ya se han ganado la animadversión de quienes los eligieron.
Quienes anticipadamente tienen el rótulo de malos alcaldes, comienzan a sepultar todo tipo de esperanzas así justifiquen que su elección el pasado 27 de octubre pudo haber salido favorecida por la falta de acuerdo entre los candidatos opositores el día del debate electoral.