Una reciente investigación del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo –Pnud–, advierte que el departamento de La Guajira seguiría siendo el de mayor incidencia de pobreza y pobreza extrema en la región Caribe, situación que requiere de un análisis profundo por parte del Gobierno departamental, los entes territoriales, la academia y expertos para encontrar una salida a un problema que sigue creciendo de manera rápida.
En la investigación se tiene en cuenta la crisis ocasionada por el Covid-19, y en una de sus recomendaciones invitan a las autoridades nacionales y regionales a tomar acciones inmediatas con el fin de aliviar el peso de la pobreza en los grupos más vulnerables.
En la investigación también se indica que de acuerdo a las características étnicas y poblacionales, la estructura productiva y el mercado laboral de los departamentos de la región Caribe muestran que no es un territorio homogéneo y que, por lo tanto, necesita políticas, estrategias y proyectos específicos que se adapten a las condiciones y al área de cada departamento.
Es necesario entonces, que desde la administración departamental, se busquen alternativas para lograr que la población cuente con fuentes de trabajo que le permitan mejorar sus condiciones de vida, lo que tiene que estar asociado a que realmente se garantice el acceso a los servicios públicos, a la educación y la salud.
No es una tarea fácil, pero sí debe estar en la agenda para empezar a generar esas primeras acciones que permitan en parte salirle al quite a semejante problema que se agudiza, entre otros factores porque La Guajira es un departamento receptor de población migrante de Venezuela que se encuentran en el territorio y a quienes también se les debe garantizar calidad de vida.
La Guajira cuenta con sectores importantes que se pueden dinamizar como el turismo, los proyectos de energía no convencionales, la agricultura, la cultura, la sal, las artesanías y otros productos que estarían generando empleo a cientos de familias que hoy sobreviven pero que no gozan de calidad de vida.
Esos sectores se pueden dinamizar pero para ello es necesario que el recurso humano se prepare, es decir, garantizar también la educación a los jóvenes para que tomen las riendas del desarrollo social y económico de La Guajira.